Acta de la Junta General de la Universidad de Chuquisaca
“Acta de la Junta General celebrada
en la Universidad con motivo de la recepción de pliegos de la Corte del Brasil”
– (Conocida como “El Acta de los Doctores”)
En la ciudad de La Plata a los doce días del mes de enero del presente año de
mil ochocientos nueve, juntos y congregados en el General de la Real
Universidad, cuarenta y ocho doctores para ver y conferir un pliego dirigido en
el correo de diciembre del año pasado al Ilustre Claustro por el Señor Ministro
de estado del Señor Príncipe Regente de Portugal, Don Rodrigo Souza Coutinho a
nombre de la Señora Doña Carlota Joaquina de Borbón, Princesa del Portugal;
precedida licencia verbal que para la celebración de este claustro concedió el
Excelentísimo Señor Presidente, Vice Patrono Real , Don Ramón García Pizarro, en
vista del oficio que le pasó el señor Rector Interino Don Manuel Gil acompañado
de todos los papeles impresos remitidos por el citado Señor Ministro de Estado
de Portugal.
Se leyeron con especial atención y cuidado: la reclamación de la Señora Princesa
Doña Carlota Joaquina y del Señor Infante don Pedro Carlos de Borbón y Braganza,
fechado en el Palacio del Río Janeiro a diecinueve de agosto de mil ochocientos
ocho, hecha a Su Alteza Real el Señor Príncipe Regente de Portugal para que se
digne atender, proteger y conservar los sagrados derechos que su Augusta Casa
tiene a los tronos de las Españas e Indias; la respuesta de Su Alteza Real el
Príncipe Regente a la reclamación, con la misma fecha, apoyándola y ofreciendo
sostenerla con su alta autoridad; el manifiesto del mismo día diecinueve de
agosto dirigido a los fieles vasallos de su Majestad Católica el rey de las
Españas e Indias, por la Señora Carlota Joaquina; y del Señor Infante Don Pedro
Carlos de veinte de agosto conformándose en todo el relato del manifiesto
anterior que adopta en todas sus partes.
Omitida la individual enumeración de los demás papeles relativos a los progresos
de las armas españolas contra los esclavos mercenarios del tirano de la Francia,
el astuto, pérfido, falaz y ambicioso Napoleón que ya se han difundido por otro
conducto con unánime aplauso y regocijo de los fieles americanos. Para resolver
lo conveniente en un asunto de tanta importancia y gravedad como el que
comprenden dichos papeles capaces de deslumbrar y seducir a quienes no estén
penetrados y dotados del ardiente e inalterable amor, fidelidad y obediencia que
caracteriza a este cuerpo respecto a su único y legítimo soberano el adorado
Fernando Séptimo, se mandó al síndico Procurador General de esta Real
Universidad, Doctor Don Manuel Zudáñez, Catedrático de Prima, Propietario de
sagrados Cánones, expusiese su dictamen, y meditadas por el claustro las
prudentes reflexiones que propuso sobre las intenciones y miras irregulares e
injustas de la Corte de Portugal contra los sagrados e inviolables derechos de
nuestro Augusto Amo y Señor Natural, Fernando Séptimo, bastantemente declarados
por el manifiesto de la Señora Princesa del Brasil, y adoptado su parecer,
convinieron uniformes en:
Que esta Real Universidad era un cuerpo literario que no podía ni debía tratar
directa o indirectamente como una potencia extranjera como la Corte de Portugal
sobre asunto alguno, y mucho menos sobre el derecho de sucesión a la corona de
España e Indias: punto que no puede proponerse sin turbar la tranquilidad de los
pueblos, y sin notorio agravio a Nuestro Soberano el Señor Don Fernando Séptimo,
cuyos preciosos días conservará la divina providencia, restituyéndolo a España
para la sólida felicidad de sus tiernos vasallos. Que reconociendo y jurando
como único y legítimo monarca de España e Indias, al Señor Fernando Séptimo en
virtud de la premeditada, legal y espontánea renuncia que a su favor hizo de la
Corona el Señor Don Carlos, cuando en el Real sitio de Aranjuez a diecinueve de
marzo del año próximo pasado de ochocientos ocho, lo que ningún español ni
americano puede poner en duda sin ser visto y tratado como reo de alta traición.
Admira y asombra que la Señora Princesa del Brasil, Doña Carlota Joaquina en su
citado manifiesto dirigido a estas provincias, atribuya renuncia tan solemne y
autorizada, a una sublevación o tumulto suscitado en la Corte de Madrid para
obligar al Señor Don Carlos Cuarto a abdicar la corona: proposición subversiva
que excita la noble indignación y horror de los dignos vasallos de Fernando
Séptimo. Que la inicua retención de la sagrada persona de nuestro Augusto
Fernando Séptimo en Francia, no impide el que sus vasallos de ambos hemisferios,
reconozcan inflexiblemente a su soberana autoridad, adoren su persona, cumplan
con la observancia de las leyes, obedezcan a las autoridades, tribunales y jefes
respectivos que los gobiernan en paz y quietud, y sobre todo a la junta Central
establecida últimamente que manda a nombre de Fernando Séptimo, sin que la
América necesite que una potencia extranjera quiera tomar las riendas del
Gobierno como la Señora Princesa Doña Carlota Joaquina, a pretexto de
considerarse “suficientemente autorizada y obligada a ejercer las veces de su
Augusto Padre Don Carlos Cuarto (que ya dejó de ser Rey) y Real Familia de
España existentes en Europa”, expresiones de su manifiesto.
Que la Real Universidad faltaría a sus deberes y estrechas obligaciones de
fidelidad y vasallaje, si reconociese a la Señora Princesa Doña Carlota Joaquina
como depositaria de estos Dominios como se declara en el indicado manifiesto,
ejerciendo al mismo tiempo actos positivos de verdadera soberanía, ya cuando
anuncia y ofrece despachar a estos Dominios, a su primo el Señor Infante Don
Pedro Carlos u otra persona autorizada internamente para arreglar los asuntos
del Gobierno: ya cuando manda a los Jefes de América Española que este su
manifiesto lo guarden y cumplan, hágase guardar a todos los súbditos de su
respectiva jurisdicción, circulándole del modo y forma que hasta aquí han
circulado las órdenes de nuestros legítimos reyes.
Finalmente, a pesar de que la Señora Princesa del Brasil se empeña y esmera a
degradar a nuestro amable monarca el Señor Don Fernando Séptimo, negándole en
todos sus papeles la calidad de Soberano: La Real Universidad de San Francisco
Xavier, constantemente lo reconoce por su único Rey y Señor, protestando a
presencia del cielo y de la tierra que en defensa y servicio de su joven y
tierno padre, tan deseado y digno de mandar como desgraciado, sacrificaría
cuanto tiene sin escasear la sangre de sus individuos. En cuya consecuencia
reflexionando sobre los perniciosos efectos que puede acarrear en perjuicio de
la soberanía y la tranquilidad pública el que circulen los citados papeles de la
Señora Princesa del Brasil, acordaron, mandaron y ordenaron que no se conteste a
dicha Señora Princesa Doña Carlota Joaquina, que con testimonio de esta acta
oficio del señor Ministro de Estado Don Rodrigo de Souza Coutinho, reclamación y
manifiestos de la Señora Princesa Doña Carlota Joaquina, y del Señor Infante Don
Pedro Carlos, y respuesta del Señor Príncipe Regente de Portugal. Originales se
de cuenta al Superior Tribunal de esta Corte, quedando copia de ellos en los
libros de la Academia (Carolina), y que con testimonio de la misma acta se pasen
oficios al Excelentísimo Señor Presidente Vice Patrono Real, y al Excelentísimo
Señor Virrey de estas provincias, suplicando reverentemente a Su Excelencia, no
permita en adelante que circulen en estos dominios, papeles de esta clase para
los efectos convenientes, y que conste a todas las superioridades, la inviolable
fidelidad de este Ilustre Cuerpo.
Y que a fin de no privar a los individuos de este Claustro que han dejado de
asistir por sus ocupaciones u otros motivos, el honor de tener parte en la
resolución que se ha tomado, se convocase a Claustro Pleno como se citó para el
diecinueve del corriente. En el que examinado todo con la misma escrupulosidad,
prudencia y reflecciones, se acordaron se lleve a debido efecto lo contenido y
resuelto en el Claustro anterior y lo firmaron.
Dr. Manuel Gil – Dr. Juan José Segovia – Matías Terrazas – José Fco. Xavier de
Orihuela – Juan de
Dios Balanza – Dr. Pedro José Méndez de la Parra – Dr. Fco. Borja Sarazibar –
Dr. Fco. De Paula
Moscoso – Dr. José Rodríguez Miranda – Dr. Pedro de Antezana – Dr. Manuel de
Zudáñez
(Ramirez) - Dr.Ventura de Zalinas – Dr. José de Amésaga – Dr. Juan Manuel
Acevedo – Dr. Joaquín
Tomás Yañez de Montenegro – Dr. Juan José Nava – Dr. Mariano Farinas y Pacheco –
Dr. Mariano
Serrano – Dr. Fco. de Entrambasaguas – Dr. Dionisio de la Borda – Dr. Bernardino
Gutiérrez – Dr.
Mariano de Cabrera – Dr. Miguel Ant. de Castro – Dr. Felipe Emguiaguirre – Dr.
Ignacio Daza – Dr.
Manuel Sánchez de Velasco – Dr. Mariano de Michel – Dr. Domingo Gusmán – Dr.
José Bernardo
Monteagudo – Dr. Anselmo Baldivieso – Dr. Liendo – Dr. Matías Medrano – Dr. Juan
Fco. Pérez –
Dr. Valentín Fernández – Dr. Manuel Bautista – Dr. Eustaqui Eguibar – Dr. Manuel
de Mirada – Dr.
Santiago Pagan – Dr. Diego Apolinar de Ondarza – Dr. Venancio Retamozo – Dr.
Pedro Cavero –
Dr. José Santos Arias – Mariano de Zalamanca – Dr. Mariano Ensaguirre – Dr.
Manuel Cañales – Dr.
Eugenio Pacheco – Dr. Malavia – Dr. Mariano Fernandez – Dr. José Andrés Viscarra
– Dr. Fco.
Ribas – Dr. José de Haedo – Dr. Rafael de los Santos – Dr. Jayme de Zudáñez (Ramirez)
– Dr. Pedro
Navarro – Dr. Esteban Agustín Gascon – Dr. Pedro Ignacio de Ribera – Dr. Manuel
Ignacio de Tapia
– Dr. José Antonio Ameller – Dr. José de Ribadavia – Dr. Juan Bta. Pantoja – Dr.
Justo Rodriguez -
Dr. Sebastián Balderrama – Dr. Manuel de Antequera – Dr. Hermenegildo Delgado –
Dr. Mariano
Risco – Dr. José Mariano Boves – Dr. Pedro Buitrago – Dr. Fernandez – Dr. José
Ant. Moscoso –
Dr. Angel Moscoso – Dr- Calderon – Dr. Cristóbal Montero – Dr. Juan Gualberto
Franco – Dr. Juan
Luís de Miranda – Dr. José Manuiel Guerra – Dr. José Clemente Barrientos – Dr.
Manuel Ramón
Jofré – Dr. Narino de Villanueva – Dr. Domingo de la Cueba – Dr. José Ellaurri –
Dr. Gabriel
Cardona – Dr. Manuel Velásquez – Dr. Rafael Cavero – Dr. Baltazar Zeballos – Dr.
Roque San Marín
– Dr. Tomás Arzadum – Dr. Eustaquio Mostajo Vedel.
Ante mi, Tomás de Alcérrica, Secretario.
AHN Cons. Leg. 21392.85 f. 76.
(Resumido del libro): El resultado del Claustro Universitario de los día 12 y 19
de enero, fueron
un serio revés para el Presidente de la Audiencia, quien presuroso informó al
Virrey sobre el
contenido del “Acta”, no Obstante su virtualidad, Liniers ordenó sea testada
“por injustas y graves
consideraciones”; es decir, destruida o borrada de los registros de la
Universidad….
Pizarro, procedió a cumplir lo ordenado y mandó al Rector que se trasladase a su
casa con el libro
de actas y los pliegos recibidos del Brasil; una vez en su poder procedió a
borrar el “Acta”
recomendando al Rector y al Secretario, la mayor reserva a fin de “evitar las
bullas y alborotos que
crearía si los doctores del Claustro se enteran del hecho”.
Días antes de la revolución, el 20 de mayo, D. Manuel de Zudáñez Ramirez,
conoció lo obrado y
denunció de inmediato la actitud del Presidente; fue un tácito rompimiento de
relaciones con el
Claustro, la Universidad, el Tribunal, el Cabildo y la opinión ciudadana, que ya
estaba perturbada por la difusión de una infinidad de manuscritos anónimos, que
esparcían comentarios adversos a los
“carlotinos”.