7.- Una ilustre desconocida

 

“Luego de un largo e injusto olvido, se transformó en

el símbolo de libertad de los pueblos, de aquellos

pueblos que hoy, unidos, levantan la bandera de una

nueva revolución en paz, a fin de lograr ser la

anhelada Nación, la original, la auténtica y poder

vivir en definitiva Libertad.”

 

José Bilbao Richter

 

Muchos años después de fallecida, la figura de Juana fue rescatada de las penumbras. Eran tiempos nuevos. Tiempos de cambio. Tiempos de repensar la acción, sus próceres, su historia. De este modo, en 1962, a cien años después de su muerte, los restos de la combatiente fueron exhumados y trasladados a la Casa de la Libertad, en Sucre -lugar donde en 1825 se había firmado el acta de Independencia de Bolivia-. Asimismo, el presidente del gobierno revolucionario Víctor Paz Estenssoro aprovechó el aniversario para conferirle por decreto supremo “el título de Heroína Nacional y el grado de General de las Fuerzas Armadas de la Nación”. En el texto del decreto “…la valerosa y legendaria guerrillera americana…” es reivindicada en cuanto “…ejemplo insigne legado a la posteridad…” y como un  “…símbolo del indomable espíritu de sacrificio de la mujer boliviana.”

 

Durante los últimos años, la guerrillera recibió otros ascensos militares y reconocimientos póstumos. En agosto de 2009, durante el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner la promovió a “Generala” mediante el decreto 892/09. En sus considerandos, recorre la sacrificada historia de vida y de lucha de Juana Azurduy de Padilla y establece que:
 

“en atención a todo ello, resulta necesario saldar la deuda histórica de agradecimiento que el Estado Nacional tiene con la memoria de la Teniente Coronela Dña. Juana Azurduy de Padilla, guerrera heroica e indoblegable de la independencia, por su destacadísima actuación en las filas de nuestras

fuerzas libertarias.”

 

Durante una visita de la presidenta argentina a su par boliviano, Evo Morales, en marzo de 2010, y con el fin de profundizar las relaciones bilaterales y económicas entre ambos países, se instituyó al 12 de julio como el “Día de la Confraternidad Boliviano- Argentina”, recordando la fecha de nacimiento de la

guerrillera, que desarrolló su lucha en los territorios de sendas naciones. Durante esa ocasión, la primera mandataria de la República Argentina evocó la figura de Juana Azurduy y entregó al presidente Morales el sable corvo, réplica del que perteneciera al General José de San Martín, que correspondiera al Grado de Generala del Ejército Nacional Argentino, post-mortem.

 

En 2011, la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia decidió
conferir
 el Grado de Mariscal del Estado Plurinacional de Bolivia a doña Juana Azurduy de Padilla por su valor demostrado en las batallas ganadas en el proceso de la independencia de Bolivia.”
Juana se convertía así en la primera mujer boliviana
ascendida al máximo Grado Militar en la categoría de oficiales de su país.
 

Continuando con esta tendencia, recientemente, el gobierno boliviano donó más de un millón de dólares al Estado argentino, destinados a la construcción de un monumento que rinde homenaje a la heroína. La estatua le fue encargada al escultor argentino Andrés Zerneri. Será de bronce, tendrá 9,5 metros de altura y mostrará a Juana en combate, sosteniendo una espada con la mano izquierda y protegiendo a sus cinco hijos con el otro brazo, junto a sus fieles seguidores: los indígenas del altiplano y los gauchos salteños. 

En un gesto cargado de significación simbólica, la misma sería emplazada el 12 de octubre de 2015 en la Plaza Colón -ubicada detrás de la Casa Rosada-, para lo cual fue desmontado el polémico monumento a Cristóbal Colón que será trasladado a la Costanera norte, frente al Aeroparque, en la Ciudad de Buenos Aires. Juana, de este modo, conquista una fecha en el calendario oficial y un lugar central en el entramado geográfico de la capital argentina. Una importancia acorde a la que le atención que le ha sido dada últimamente a su figura, que forma parte de un ejercicio de relectura y reinterpretación del pasado nacional.

 
 

8.-Miradas superpuestas sobre una misma mujer



Algunas fuentes -contemporáneas a Juana o posteriores a ella, novelas, biografías o retratos plantean que la excepcionalidad de Juana, como niña primero, como mujer después, tuvo que ver no sólo con su personalidad y sus capacidades, sino también con su belleza física. Doña Lindaura Anzoátegui de Campero, quien llegó a conocerla, la describía así:



“de aventajada estatura, las perfectas y acentuadas
líneas de su rostro recordaban el hermoso tipo de las
transtiberianas romanas.”
 


Por su parte, el historiador René García Moreno la caracterizaba a partir de su “…gallarda presencia, rostro hermoso, tan valiente como virtuosa.”

Sin embargo, los anteriores relatos contradicen una serie de motivos y representaciones comunes en el tratamiento de la figura de la guerrillera.
“…Debido al varonil esfuerzo y bizarría de la Amazona…” o “…su valor y sus conocimientos en milicia poco comunes a las personas de su sexo…” De esa manera se refieren Antonio Berruti o Manuel Belgrano en sus oficios de la década de 1820 sobre Juana Azurduy de Padilla. En las palabras de los revolucionarios, aparecen dos motivos recurrentes en las descripciones que se realizaron sobre Juana, estrechamente asociadas a su valiente actuación guerrera: la idea de la “amazona” y su representación y valoración a partir de ciertos cánones masculinos. En verdad, el término de “amazona” era frecuentemente utilizado en los discursos públicos y literarios de la época para referirse a las mujeres que participaron en las luchas por la independencia, recordando las habilidades bélicas y ecuestres de aquel pueblo de guerreras de la mitología griega. Sin embargo, la palabra estaba “cargada” de un ideal de género, en virtud del cual estos sujetos femeninos –las amazonas griegas y americanas- eran caracterizados por su comportamiento y virtudes masculinas.

De ese modo, Juana fue vista y celebrada por quienes la rodearon, y más tarde por sus biógrafos e historiadores, a partir de rasgos y atributos esencialmente varoniles: el servicio y las destrezas militares, el valor en la batalla y las virtudes patrióticas, constituyendo una verdadera excepción y rareza a su sexo.

Esta forma de percibir a Azurduy se trasladó a la representación pictórica que diversos artistas han hecho sobre ella. Ya que, al no existir retratos de época, ni tampoco una versión concluyente acerca de su aspecto físico, los cuadros y dibujos con que fue -y continua siendo- representada, se basan en las descripciones varoniles de aquellos discursos. Así, la mayoría de ellos presentan la imagen de una mujer de aspecto y rasgos profundamente masculinos, bastante alejada de la belleza que destacan Anzoategui de Campero o García Moreno, entre otros. Aquella representación varonil y masculina contrasta asimismo con otra imagen ligada al personaje en cuestión: el símbolo femenino de la Pachamama o la “madre tierra”, la divinidad indígena de la fecundidad y de la reproducción. Según algunos relatos, los pueblos tarabuqueños, asombrados por las victorias militares de Juana sobre los godos, identificaron a esta con su deidad ancestral y decidieron unirse y participar en su ejército, convencidos que aquella les devolvería la tierra de la que se habían apropiado al tiempo que los liberaría del trabajo inhumano al que los habían sometidos. De forma análoga, otros autores, mantuvieron el carácter religioso asociado con su figura, pero adaptado a las necesidades evangelizadoras de la Iglesia católica, y reemplazaron la divinidad andina por la Madre de Jesús. Dirá, por ejemplo, Mitre:




“…allí estaba doña Juana Azurduy atrincherada, con
un cañón ligero y la reserva de municiones, rodeada
por los naturales que la adoraban como a la imagen
de la Virgen del Villar.”
 


En todo caso, como muestra la caracterización realizada por el político e historiador argentino, las múltiples descripciones e imágenes existentes en la literatura, en la historia y en la pintura respecto de Juana, no son contradictorias y opuestas, sino complementarias. Y esto, justamente, tiene que ver con la riqueza, la versatilidad y la polivalencia de este singular personaje. No son entonces miradas encontradas sobre una misma mujer, sino los distintos rostros, como si de un poliedro se tratara, que ella mostró durante su larga y ajetreada vida.
 

 

9.- UNA MUJER REPRESENTATIVA Y ADELANTADA S SU TIEMPO



Una mujer representativa y adelantada a su tiempo La historia de Juana Azurduy demuestra que el rol de algunas mujeres en la lucha por la independencia no fue, de modo alguno, expectante, pasivo o subordinado. A decir verdad, en la gesta de la emancipación americana muchas mujeres participaron activamente, de diferentes maneras: como guerreras, como espías, como acompañantes de los ejércitos, como colaboradoras de la resistencia popular, como parte de la retaguardia, etc. En esos tiempos inciertos e inestables, de gran conmoción política y económica, ellas supieron aprovechar las oportunidades que se abrían en las grietas del orden colonial que caía, para avanzar individualmente. Bajo este mismo contexto, aunque temporalmente, la sociedad permitió dichos avances a la vez que reconoció, tanto de forma material como simbólica, sus méritos. Lograda la independencia de España e instituido un nuevo régimen patriarcal y jerárquico, las mujeres se vieron relegadas otra vez al ámbito privado y doméstico. Por tal motivo, durante muchos años, no existió prácticamente ninguna clase de reconocimiento a su importante participación en el proceso independista. Este fue también el caso de Juana Azurduy. Por su apasionante vida. Por la intensidad con que amó a su marido y a sus hijos. Por los sacrificios que realizó y los sufrimientos indescriptibles que padeció. Por la valentía con que luchó por una América libre e independiente. Por la vida miserable a la que fue condenada tras concretarse sus ideales. Por la ignorancia a la que se sumió su epopeya durante tantos años. Por todo esto y por mucho más, Juana Azurduy de América es una mujer que merece ser recordada, reconocida y respetada.

 

10.-Notas

 

1 Informe de la Sala Consistorial de Chuquisaca, 25 de noviembre de 1825.

2 LÓPEZ, Vicente Fidel. Historia de la República Argentina (continuada por Emilio Vera González y Enrique de Gandía), T. III. Argentina: Sopena, 1975, p. 553.

3 Jefe o cacique de una comunidad en las culturas aymara y quechua.

4 Mestiza de sangre española e india.

5 A pesar de que la mayoría de las biografías acerca de la vida de Juana Azurduy dan como un hecho su paso por el convento, no existen fuentes documentales que lo comprueben fehacientemente.

6 Designación que recibían en el Alto Perú las personas oriundas del sur, del área del Río de la Plata.

7 Petición de doña Juana Azurduy de Padilla a la Sala de  sesiones, Salta, 29 de abril de 1825.

8 URQUIDI, José Macedonio. Bolivianas ilustres. Heroínas,escritoras, artistas. Estudios biográficos y críticos. La Paz: Escuela Tipográfica Salesiana, 1918, p. 47

9 MITRE, Bartolomé. Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina. Buenos Aires: Felix Lajouane Editor, 1887, pp. 558-559.

10 WEXLER, Berta. “Juana Azurduy y sus amazonas en el ejército revolucionario”. La aljaba. La Pampa, Segunda época, 2001, v. 6, p. 101.

11 Según algunas fuentes, el cholo habría tenido “doble sangre real”. Por la vía paterna, al ser su abuelo el mismo Rey de España, Carlos III

y su padre, Francisco de Paula y Sanz, gobernador de Potosí; y por la vía materna, al tener como madre a una tal María Sauraura, descendiente directa de uno de los últimos Sapa-Incas, el Inca Huáscar.

12 De la Colección Mendez, en NAGY, Silvia. “Juan Wallpamarrichi: El poeta de la ausencia”. Signo. Cuadernos Bolivianos de Cultura,Nueva Época, enero-abril 1994, núm. 41, p. 14.

13 BILBAO RICHTER, José. El retorno de los héroes en los sueños de Juana Azurduy. Buenos Aires: 1884 Editorial Círculo Militar, 2013, p. 236.

14 Ibídem, p. 56.

15 En la jerga popular de la época, los españoles eran llamados así debido a los uniformes que utilizaban: casacas con largos faldones y un corbatín de suela, que los hacía estar duros y rígidos.

MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N°35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMÉRICA 70

16 O’DONNELL, Pacho. Juana Azurduy. Buenos Aires: Editorial Planeta, 1998, pp. 105-106.

17 Carta de José Rondeau al Señor Coronel Comandante en jefe del Departamento de Chuquisaca, Don Manuel Ascencio Padilla, Cuartel General en Marcha, 7 de diciembre de 1815.

18 Carta de Manuel Ascencio Padilla al Señor General José Rondeau, La Laguna, 21 de diciembre de 1815.

19 AAVV. Biblioteca de Mayo: Colección de obras y documentos para la Historia Argentina. Guerra de la Independencia, Volumen 15. Buenos Aires: Editorial Senado de la Nación, 1963, p. 4.

20 Oficio del General Belgrano al Director Supremo de las provincias del Plata, Tucumán, 26 de julio de 1816.

21 Decreto y oficio de Antonio Berruti al Sr. General del Exto. del Perú Manuel Belgrano, Buenos Aires, 13 de agosto de 1816. El nombre completo del grado recibido por Juana fue “teniente Coronel de las Milicias Partidarias de los Decididos del Perú”, el cual le confería permiso para uso de uniforme.

22 Carta del general Manuel Belgrano a la Señora Teniente Coronel doña Juana Azurduy, Tucumán, 23 de octubre de 1816.

23 Despacho de Manuel Belgrano al Señor Coronel de Milicias Nacionales, don Manuel Ascencio Padilla, Tucumán, 23 de octubre de 1816.

24 MITRE, Bartolomé, Op. Cit., p. 600.

25 Ibídem, p. 601.

26 Petición de doña Juana Azurduy de Padilla a la Sala de Sesiones, Salta, 29 de abril de 1825.

27 RAMALLO, Miguel. Guerrilleros de la independencia: los esposos Padilla. La Paz: González y Medina Editores, 1919, p. 269.

28 URQUIDI, José Macedonio, Op. Cit., p. 132.

29 Petición de doña Juana Azurduy de Padilla a la Sala de Sesiones, Salta, 29 de abril de 1825.

30 Documento de la Sala de Sesiones, Salta, 2 de mayo de 1825.

31 Carta de Juana Azurduy al Mariscal Antonio José de Sucre, Chuquisaca, circa 1825.

32 YRIART, Martin. “Juana Azurduy. De la mujer histórica al mito popular”. En: Actas del I Encuentro Internacional Mujer e independencias iberoamericanas (Madrid, 09 diciembre 2008), p. 8.

33 Carta de Manuela Saénz a Juana Azurduy, 8 de  diciembre de 1825.

34 Ibídem.

35 URQUIDI, José Macedonio, Op. Cit., p. 141.

36 Ver Documentos relativos a la muerte y sucesión de la heroína Juana Azurduy de Padilla, circa 1910.

MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N°35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMÉRICA 71

37 BILBAO RICHTER, José, Op. Cit., p. 266.

38 HENNES, Heather. “Corrientes culturales en la leyenda de Juana Azurduy de Padilla”. Cuadernos Americanos, Nueva Época, 2010, núm. 132, pp. 109-110.

39 “Decreto 892/09 del Poder Ejecutivo Nacional argentino”,14 de agosto de 2009.

40 “Juana Azurduy, primera mariscala de Bolivia”. Los Tiempos [Sucre], 07 de agosto de 2011.

41ANZOATEGUI DE CAMPERO, Lindaura. En el año 1815. Episodio histórico de la guerra de independencia. Potosí: El Novel, 1895, p. 4.

42 URQUIDI, José Macedonio, Op. Cit., pp. 36-37.

43 MITRE, Bartolomé, Op. Cit., p. 598.
 

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Documentos
 

- Carta de José Rondeau al Señor Coronel Comandante en jefe del Departamento de Chuquisaca, Don Manuel Ascencio Padilla, Cuartel General en Marcha, 7 de diciembre de 1815, en

O’DONNELL, Pacho. Juana Azurduy. Buenos Aires: Editorial Planeta, 1998, pp. 139-140.

- Carta de Manuel Ascencio Padilla al Señor General José Rondeau, La Laguna, 21 de diciembre de 1815, en O’DONNELL, Pacho, Op.Cit., pp. 140-144.

- Oficio del General Belgrano al Director Supremo de las provincias del Plata, Tucumán, 26 de julio de 1816, en URQUIDI, José Macedonio.Bolivianas ilustres. Heroínas, escritoras, artistas.Estudios biográficos y críticos. La Paz: Escuela Tipográfica Salesiana, 1918, pp. 104-105. - Decreto y oficio de Antonio Berruti al Sr.General del Exto. Del Perú Manuel Belgrano,Buenos Aires, 13 de agosto de 1816, en MITRE,

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- Carta del general Manuel Belgrano a la Señora Teniente Coronel doña Juana Azurduy, Tucumán, 23 de octubre de 1816, en URQUIDI, José Macedonio, Op. Cit., pp. 106-107.

- Despacho de Manuel Belgrano al Señor Coronel de Milicias Nacionales, don Manuel Ascencio Padilla, Tucumán, 23 de octubre de 1816, en O’DONELL, Op. Cit., p. 150.

- Petición de doña Juana Azurduy de Padilla a la Sala de Sesiones, Salta, 29 de abril de 1825, en GÜEMES, Luis. Güemes documentado, Tomo XII. Buenos Aires: Ediciones Güemes, 1990, pp. 269-270

- Documento de la Sala de Sesiones, Salta, 2 de mayo de 1825, en GÜEMES, Luis, Op. Cit., p. 271.

- Informe de la Sala Consistorial de Chuquisaca, 25 de noviembre de 1825 (José Manuel Careaga, Francisco Castro, Lucas Núñez,

Manuel Velasco, Juan Manuel Santos, Calixto Serrano, Fermín Taboada, Dr. Manuel Celestino Valda, Secretario), en URQUIDI,José Macedonio, Op. Cit., pp. 137-139.

- Carta de Juana Azurduy al Mariscal Antonio José de Sucre, Chuquisaca, circa 1825, en URQUIDI, José Macedonio, Op.Cit., p. 135-136.

- Carta de Manuela Sáenz a Juana Azurduy Padilla, 8 de diciembre de 1825, reproducida en el “Decreto 892/09 del Poder Ejecutivo Nacional argentino”, 14 de agosto de 2009.

- Documentos relativos a la muerte y sucesión de la heroína Juana Azurduy de Padilla, circa 1910, en URQUIDI, José Macedonio, Op. Cit., pp. 236-253.

- “Decreto 892/09 del Poder Ejecutivo Nacional argentino”, 14 de agosto de 2009, en YRIART, Martín. “Juana Azurduy. De la mujer histórica al mito popular”. En: Actas del I Encuentro Internacional Mujer e independencias iberoamericanas. Madrid, 09 diciembre 2008.

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58. Sala de Honor. Casa de la Libertad. Sucre. Bolivia

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Álbumes iconográficos
 

• El pintor francés Adolphe D'Hastrel. Litografías del Río de la Plata 1839 y 1840.

• Álbum Histórico Argentino. F. Fortuny. 1910 •José Ignacio Garmendia. 1841- 1925

•La independencia Argentina 1810-1822:Protagonistas y sucesos trascendentes

Álbumes iconográficos

• Edificios emblemáticos. Buenos Aires Ayer.

• Buenos Aires: arquitectura colonial

Arte en Argentina

• Antonio Alice. 1886-1943

• Pintores Franceses I

• Pintores Franceses II

Biografías argentinas

• Julio Argentino Roca. 1843-1914.

• Julio Argentino Roca. Iconografía militar

• José Arce. 1881-1968.

• Antonio Alice. 1886-1943.

• Enrique Mosconi. 1877-1940.

• Bartolomé Mitre. 1821- 1906.

• Carlos Pellegrini. 1846-1906.

• Iconografías Argentinas: ROCA 1843-1914.

Colección Bicentenario

• Buenos Aires: ciudad colonial

• Buenos Aires: sociedad colonial

• Buenos Aires: arquitectura colonial

• Buenos Aires: cultura colonial

• Buenos Aires: 25 de mayo de 1810

Colección Manzana de las Luces

• San Ignacio, la iglesia más antigua de Buenos Aires

• Colegio de San Ignacio.

• Túneles de Buenos Aires. En preparación

• Casas virreinales 1782-1804. En preparación

• Sala de Representantes de Buenos Aires 1822-1883.

Crónicas Históricas

• Julio Argentino Roca. Educación y trabajo

• Roca y Pellegrini: una solidaridad política

• Homenaje a los presidentes: Roca, Uriburu y Sáenz Peña

• La Campaña al Desierto a través de sus protagonistas

Historia en Powerpoint

• Colegio Nacional Buenos Aires

• Julio A. Roca: Familia

• Julio A. Roca: Militar

• Julio A. Roca: Político. 1878-1886

• Julio A. Roca: Político. 1887-1914

Inmigración en la Argentina

• Inmigración en la Argentina Moderna

• Inmigración Rusa en Argentina

• ¿Dónde durmieron nuestros abuelos? Hoteles de

inmigrantes de la Capital Federal

Mujeres destacadas

• Lola Mora

• Juana Azurduy de América

Numismática histórica

• Museo Roca. Numismática Histórica

• Carlos Pellegrini en la numismática. En preparación