Juan Francisco Regis José del Granado y Flores de Vergara |
Segundo Conde de Cotoca
Médico y poeta boliviano.
Santa Cruz 1796 - Cochabamba 1849
Dr. Antonio Dubravcic Luksic
Acad. Academia Boliviana de Historia de la Medicina – Capitulo Sucre
Es considerado el primer médico que recibió las Licencias Generales del Protomedicato para ejercer su profesión en los albores de la República de Bolivia. Hijo de un español, el Dr. Santiago Granado Navarro, médico y cirujano que llegó a América en 1779, su madre Doña Rosa Flores y Vergara, distinguida dama cruceña.
Durante el último periodo colonial a principios del siglo XIX, de niño fue testigo y estrecho colaborador del trabajo infatigable de su padre Santiago —considerado uno de los mayores médicos filántropos que presenta la historia de la América española— para implantar la vacunación contra la viruela en las comarcas indígenas de la Real Audiencia de Charcas y en las antiguas Reducciones Jesuíticas que dependían de las gobernaciones de Moxos y Chuquitos.
Juan Francisco José del Granado, sintió la vocación de su padre por la medicina; se entregó en cuerpo y alma a su práctica. Estudió en la Universidad Real y Pontificia de San Marcos, se tituló de médico cirujano en Lima el 12 de abril de 1825, cuatro meses antes de la fundación de la república boliviana. El 12 de abril de 1831, rindió sus exámenes para revalidar su título, el Tribunal del Protomedicato de Bolivia le concedió las Licencias Generales.
En principio se instaló en
la ciudad de Cochabamba donde ejerció la medicina, contrajo matrimonio con Doña
Manuela Capriles, cuyo destacado vástago fue Monseñor Francisco María del
Granado, ilustre Obispo de Cochabamba.
En 1838, el Ministerio del Interior de Bolivia, designó al Dr. Del Granado
Médico titular de la ciudad de Santa Cruz, desempeñando las funciones de
Director del Hospital "San Juan de Dios". El año 1841 el Dr. del Granado fue
admitido en la Sociedad Literaria en reconocimiento a su actividad como poeta.
Como consecuencia del cierre
temporal del Hospital "San Juan de Dios" entre los años 1840 a 1845, debido a
una epidemia intrahospitalaria, se realizaron trabajos de remodelación, el Dr.
Del Granado dejó de ejercer la titularía de director, reasumiendo esas funciones
con la reapertura del hospital.
En 1846, en su calidad de teniente del Protomedicato, realizó los trámites para
la renovación de su licencia para el ejercicio de la profesión médica, que
desempeñó hasta 1848
En Sucre se hizo cargo de la cátedra de Cirugía y Anatomía en la Universidad
Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, donde desarrolló
una temprana labor docente
ACTUACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
En su actuación pública y privada, fue acérrimo partidario y allegado íntimo de
toda la vida del mariscal de Zepita, don Andrés de Santa Cruz y Calahumana,
derrocado en 1839. Perteneciente a una familia arraigada a la tradición
católica, de sus seis hijos, dos abrazaron la vocación religiosa, contagiados
por el dinamismo y la alegría que irradiaba el hogar paterno: tanto su hija
Felicidad Perpetua como su hijo Francisco María, este último obispo
de Cochabamba y arzobispo de La Plata, fue ascendido a los altares en Roma.
Siendo nieto del insigne humanista quiteño Don Ignacio Flores, es normal que
haya heredado de la vena literaria de su abuelo. Fue una de las figuras
literarias representativas del romanticismo cruceño en la primera mitad del
siglo XIX. El año 1841 fue admitido a la Sociedad Literaria en reconocimiento a
su actividad como poeta.
En el ámbito literario, compuso poemas de corte romántico cuya lírica se
caracteriza por estar llena de ternura y de una dimensión humana latente. En
ningún momento abandonó la medicina por la literatura; llegó a afirmar que sus
estudios y su labor como médico ampliaron y profundizaron sus conocimientos
sobre el ser humano. Debido a estado delicado de salud, retornó a Cochabamba
donde falleció el 8 de julio de 1849.
La Fundación Literaria
Javier del Granado, fue creada para conmemorar al poeta boliviano Juan Francisco
José del Granado. La Fundación está dedicada al cultivo y difusión de la poesía
y literatura boliviana.
“Rosas Pálidas”,
1939
“Mi espíritu
no es águila que trasmonta altanera
las elevadas cumbres de la meditación… es débil golondrina que vuela en la
pradera
y ensaya en los vergeles su lírica canción.”
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