Sobre los acontecimientos del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca
Tras una investigación documental y de archivo, el historiador plantea que el 25
de mayo no hubo ninguna acción que tenga aproximación con el concepto de
revolución.
“Página Siete”, Domingo, 09 de abril de 2017
Respuesta al Dr. Rolando Costa Arduz, historiador
¡Ya basta de agredir a la Gesta de
Mayo de 1809!
Por Sergio Villa Urioste
Espero que con el Dr. Rolando
Costa Arduz no me ocurra lo mismo que con otros historiadores que desconocen las
copias de fragmentos de manuscritos que les remito, además de los pasajes de
libros publicados por historiadores conocidos, no solo nacionales, sino,
extranjeros, pues es reconocida como una persona letrada y por demás respetable
y seria.
¿Por qué algunos de los historiógrafos de La Paz acosaron con expresiones torpes
y sarcásticas, hostigaron en forma ofensiva e inescrupulosa, desprestigiaron
irrespetuosamente y mintieron para desacreditar e invalidar como un hecho
histórico la Revolución del 25 de Mayo de 1809, incluso narran los hechos de
Mayo haciéndose la burla, y así lo hicieron ¡DURANTE CASI TRES SIGLOS
CONSECUTIVOS!, iniciándose este afán en la segunda mitad del Siglo XIX.,
continuando el XX y terminando el XXI, normalmente hechos por algunos
historiógrafos supuestamente serios y respetuosos como narradores de nuestro
pasado?, sin embargo que en todos los países participantes de la revolución
independentista de nuestra América Hispánica, consideran a la Gesta de Mayo como
la primera en sublevarse contra España y… algunos historiadores y autoridades
paceñas, ¡no!, increíble, ¿verdad?, tal vez necesitan mayor lectura de los
documentos o quizás no lo hacen porque la escritura de los mismos les resulte
ilegible y desagradable porque no citan a La Paz como la primera en levantarse.
¿O es que sufren de alguna afección de “estrechez mental” que no les permite
apreciar los hechos en su verdadera dimensión?
Y recordando a Gonzalo Lanza, sabemos que por órdenes de él, sacaron miles de manuscritos del Cabildo porque él quería dar espacio en sus salones a sus tropas, arrojándolos a la intemperie donde la lluvia hizo estragos de ellos, y éstas huestes estuvieron ahí durante los meses que se quedaron en la ciudad. Las tropas también los quemaban para calentarse; entre ellos habían documentos de la Universidad, de la Academia Carolina, de la Audiencia de Charcas, incluso el “Acta de la fundación de la ciudad de La Plata”. ¿Qué les importaba a estas tropas iletradas de Belzu los manuscritos que narraban nuestra historia?, ¿Qué otra cosa podía esperarse de ese populacho uniformado e iletrado?; Y… si esto ocurre así con alguna gente del norte, ¿qué podemos esperar de los que nos narran hechos que se inventan?, a lo mejor este proceder de las tropas les pareció divertido, así no habrían pruebas que los contradigan y podían seguir mintiendo en sus escritos. ¿No hubiera sido más natural que estas tropas se alojen en el Cuartel San Francisco?
Según nos cuenta el Dr. Rolando Costa Arduz, que luego de hacer una búsqueda de documentos y narraciones en los archivos no encontró nada “que tenga una aproximación con el concepto de revolución” en La Plata. Si él no los encontró como historiador, ¿cómo es posible que yo los hubiera encontrado? Y para que conste que ellos existen, algunos se los transcribo a continuación, incluyendo narraciones de historiadores extranjeros… y algunos nacionales También don Estanislao Just LLeó, Josep Barnadas, José Luís Roca, Guillermo Francovich, Charles Arnade, Alcides Arguedas, Enrique Finot, Gabriel René Moreno, Sabino Pinilla, Juan Ramón Muñoz Cabrera, Humberto Vásquez Machicado, Bartolomé Mitre, Valentín Abecia Ayllón, Gunnar Mendoza y muchos más nos narran en sus libros sobre esta revolución luego de haber investigado los manuscritos de antaño. Son precisamente estos manuscritos que el Dr. Costa no los encuentra. Cuando uno busca un manuscrito y no lo encuentra, es fácil consultar a los empleados eficientes que trabajan en el Archivo Nacional y en el de la Casa de la Libertad, ellos se lo mostrarán y entregarán porque conocen y saben muy bien dónde se encuentran, estos empleados son unos verdaderos profesionales en este trabajo.
Comenzaré respondiéndole al primer párrafo de su artículo
“Sobre los acontecimientos del 25 de
mayo de 1809 en Chuquisaca”. En realidad, el que le responde es don
Mariano Torrente, español, en su “Historia de la revolución Hispano-Americana”
(1829): “El gobernador intendente de Potosí don Francisco de Paula Sanz no
se atrevió a dar un paso para sofocar la insurrección de Charcas, temiendo sin
duda salir desairado en su empresa contra un pueblo tan decidido i resuelto, que
se preparaba á oponer á las bien concertadas maniobras de una tropa bizarra i
perfectamente disciplinada una resistencia furiosa, i a todos los recursos de un
despechado compromiso.”. Y continúa más adelante, en la misma página: “Mientras
dicha ciudad de Charcas estaba ardiendo en el más vivo fuego revolucionario,
aparentaba su Real audiencia una engañosa calma, y trataba de convencer de la
cesación de los desórdenes al Virrei de Buenos Aires, á fin de paralizar con
estos falsos informes todo esfuerzo que pudiera hacerse para tomar la debida
satisfacción de aquellas tropelías.”
Seguro que ni a su héroe del levantamiento de Julio le creerán:
Don Pedro Murillo, en sus declaraciones a las autoridades judiciales españolas,
responde a una de las preguntas que le hicieron:
“… mantenerse
independientes adoptando ciegamente el sistema que se habian propuesto, á
invitación del Tribunal de La Plata, que habia roto la barrera para que
siguiesen sus huellas todas las demás Provincias, profiriendo asimismo otras
expresiones para alucinar al Pueblo, y reducirle al estado de independencia…”
Del Informe que hizo el Virrey Abascal, cuando entregó la silla virreinal al
nuevo Virrey Pezuela en 1816, sobre los acontecimientos ocurridos el 25 de Mayo
y el 16 de Julio, copié los siguientes textos: Refiriéndose al 25 de Mayo: “…
de urgente y necesaria la determinación de estrechar á los revoltosos de La Paz
y Chuquisaca, las nuevas ocurrencias de la misma especie, suscitadas en Quito,
levantando descaradamente el estandarte de la Independencia, la corroboraron…”.
También cundió la revolución platense hasta Quito,
¿o por qué imitaron la idea
de los revolucionarios de La Plata aclamando: ¡Viva Fernando VII!?; Así y todo,
siguen asegurando que no pasó nada en Chuquisaca. No somos los chuquisaqueños
los que refutamos a algunos de estos historiadores mentirosos, son los
manuscritos que nos dejaron los españoles los que los contradicen. Debe ser por
eso que no les gusta leerlos, ya que cuando los lean ni los tomarán en cuenta
porque no les convine y, tienen que continuar con su campaña mentirosa de que en
La Plata no hubo revolución. Y esa versión es lo mismo que “darle una en el
clavo y ciento en la herradura”, ya que no pueden probarla con documentos como
lo hago. ¡Cómo deben maldecir a los manuscritos que no los contentan dejándolos
mentir!; Por eso creo que deben haberse alegrado al saber que destruyeron
documentos los belcistas.
Sigue el informe: De la carta escrita desde la ciudad de La Paz el 20 de
Diciembre de 1809, de don José Manuel de Goyeneche dirigida al General don
Vicente Nieto, Presidente de la Audiencia de Charcas, veremos un
fragmento: Refiriéndose a La Plata:
“… De aquí han nacido los proyectos
de independencia y el fomento de los Murillos, Lanzas, y demás caudillos de esta
revolución…”.
Esta declaración debe haberles llegado muy pesada a la Sra. Loza y al Sr. Reyes
porque desbarata la versión mentirosa del ‘Eje La Paz/Cuzco.’ ¿Alguna hipótesis
puede rebatir a estos manuscritos?, la contundencia de estos documentos
es fatal para las versiones de algunos de los historiógrafos que mienten a sus
lectores. Y aparte de estos manuscritos, ¡hay muchísimos más!; Por las preguntas
que les hacen a los complotados, se ve que los españoles ya sabían que lo que se
buscaba con la revolución de Mayo era la independencia. Sin duda que los
españoles estaban más informados que nuestros historiadores del norte. El juez
inquisidor le increpaba a uno de los reos, así: “… reducir a esta población al
verdadero estado de independencia y anarquía…”.
Respuesta que dio don Juan Bautista Sagárnaga a los requerimientos de los jueces
españoles: “… creyó el confesante qe. (que) estos hubiesen examinado este
interesante punto, y adhirió a las ideas qe. ellos adoptaron: que el exemplo de
Chuquisaca y al de un Tribunal tan respetable como el dela (sic) Aua. (Audiencia) contribuyó
a deducirlo. Que desde luego ya esta Ciud. (ciudad) de la paz nosele (sic) podia
atribuir tan escandalosa invención, y pesimo ejemplo pa. (para) los Pueblos sino
ala de Chuquisaca qe. (que) habia sido la primera;…”
¿Quién puede atribuirle la invención a La Paz si Chuquisaca había sido la
primera?, y es una declaración de un paceño que participó de la revolución de
Mayo, ¡el que no cree solamente puede ser un historiador del norte, que no lee
manuscritos y hay muchos de ellos!; Muy pocos historiadores paceños mencionan en
sus obras las declaraciones de los reos del levantamiento de Julio, y cuando lo
hacen, solamente las copian parcialmente, pues si lo hicieran como yo las
transcribo mostrando el pasaje principal de estas, tendrían que reconocer la
primacía de Mayo ¡y no es ese su objetivo!, pues su campaña en contra de la
Revolución de Mayo, sigue… Se inició en la segunda mitad el Siglo XIX, siguió
durante el Siglo XX y persiste el Siglo XXI, ¿por qué no continuaría hasta el
Siglo XXV?; ¿Tal vez crean que hasta el Siglo XXV habrán logrado eliminar de la
historia a la Revolución de Mayo de 1809?, esta persistencia no pueden dejar de
hacerla por su exceso de tozudez y dudosa inteligencia.
Don Charles W. Arnade, historiógrafo norteamericano y, por lo tanto, imparcial
en sus narraciones, en su obra “La Dramática Insurgencia de Bolivia”, nos
obsequia unos comentarios de las investigaciones que hizo de los documentos que
relatan los hechos de Mayo de 1809, además, algunos fragmentos de manuscritos
ilegibles para otros historiadores nacionales del norte:
Pág. 19: Sobre las obras de Santo Tomás de Aquino y Francisco Suarez,
escribe: “Estos dos hombres tuvieron una gran influencia intelectual sobre la
generación de 1809 la cual precipitó la guerra de la independencia en Charcas.”.
--- ¿Esta guerra no es la revolución que busca el Dr. Costa y que prueba que
hubo una en La Plata?; ¿Cómo sería posible que el Dr. Arnade se atreva a hacer
semejante aseveración si acaso no hubiera encontrado una prueba documental que
la certifique?, documentación que el Dr. Costa no la encuentra. Y no creo que el
Dr. Arnade se haya inventado como el del “Eje La Paz/Cuzco”.
Pág. 39: “Habíase iniciado la revolución. Y el 25 de Mayo de 1809 marca el
principio de la Guerra de la Independencia en Charcas.” ----- “Medina prometió
lograr que los radicales de La Paz obedecieran las instrucciones de
Chuquisaca. Cumplió su promesa el 16 de Julio de 1809, el Cabildo depuso al
Intendente y al Obispo”.
Informe del coronel Juan Ramírez, 2º. de Goyeneche: “…
me comunicó el Excelentísimo Sor. (Señor) Virrey del Perú, para qe. (que) dirigiendome
inmediatamente a la Provincia de Puno, organice con la celeridad posible las
Fuerzas y Tropa que indica a fin de contener y aun cortar en su origen la
insurgencia de las Provincias de la Paz y Charcas en el distrito de Buenos Ayres…,
Pero confinantes con el de Lima…”, “… les precipitaron hasta el extremo de
creerse capaces de poner en planta y realizar un sistema de independencia en el
Perú.”.
Del libro de don Diego Barros Arana, chileno, “Compendio de la historia de
América”. Veamos este fragmento en el que se refiere a la revolución de La
Plata: “… Los revolucionarios habían consumado aquel movimiento en nombre de
Fernando VII; pero en realidad abrigaban el pensamiento de la emancipación.”
En los párrafos anteriores citan personalidades ajenas a Chuquisaca, dos
palabras: “Independencia y Emancipación”, entonces, ¿en qué quedamos?, ¿se
buscaba la Independencia o no en la Gesta de Mayo y para lograr esto no se hizo
una revolución? ¿O es que la Independencia debía nacer “por generación
espontánea”?
Como ya es una norma de algunos de los escritores paceños de negar como un hecho
la Gesta de Mayo, transcribo un comentario de don Valentín Abecia Ayllón,
relativo al esmero que ponen para eliminar de la historia a esta Revolución. Así
lo hicieron los escritores, Ochoa, Luís F. Jemio, Manuel María Pinto, Isaac S.
Campero, Gutiérrez, Baldivia Galdo, Muñoz Cabrera, José Palma y V., Aspiazu,
Ascarrunz, Loza Balsa, Reyes Aramayo y otros, tratando, forzosamente, de
enaltecer a la de Julio para intentar que si ¡al fin! al levantamiento paceño lo
ponen en un status más alto que el que ya tiene la de Mayo, al eliminar esta
Gesta como un hecho histórico en 1809 harán creer a sus lectores que la primera
en levantarse fue la de Julio, aún sin pruebas, hoy lo hacen y con seguridad
seguirán haciéndolo indefinidamente, ¡debe ser desesperante para ellos no
haberlo conseguido hasta hoy, después de tan larga campaña que duró durante casi
tres Siglos!, pues la de Mayo sigue incólume a pesar de sus versiones
mentirosas: “Entre las más clásicas obcecaciones que el espíritu americano ha
podido presentar, no hay una deformante colosal, como aquella que intente
desconocer la prioridad de Chuquisaca en la revolución
sudamericana”.Curiosamente, todas las naciones hispanoamericanas reconocen que
en La Plata se inició la primera revuelta que dio el inicio y el ejemplo a todas
ellas al levantamiento, excepto algunos de los historiógrafos, autoridades,
ciudadanos desubicados y poco informados, que de vez en cuando descalifican a la
Gesta de Mayo en publicaciones que hacen en la prensa escrita y hablada de la
ciudad de La Paz y ¡ninguno demuestra y ampara en los manuscritos sus
versiones!, es decir, son pura habladuría con “muchos bombos y platillos”, ¡y ni
siquiera se ruborizan cuando mienten!, así y todo, reciben los aplausos de los
que les creen sus mentiras. A pesar del acoso, la Gesta de Mayo sigue brillando
como un Sol en la historia… ¡y esto no les gusta por nada! ¿Cómo supo el
Mariscal Sucre que en La Plata se dio el Primer Grito de Libertad si los héroes paceños que sobrevivieron los 16 años de la revolución no le hubieran contado
cuando llegó a La Paz? Fue en esa ciudad que él escribió a varias cartas a
autoridades de diferentes ciudades contándoles dónde se inició la Revolución de
1809.
El Dr. Costa fue, como muchos otros que se dejaron engatusar por la versión de
que el autor de los “Apuntes…” (publicado en forma anónima) y endilgado a don
Manuel María Urcullu, y todo porque no hizo el análisis adecuado sobre la forma
de narrar y describir los hechos en el libro, pues estos nos muestran muy
fácilmente que don Manuel María Urcullu ¡jamás! escribió el libro citado y, eso
es fácil de verificar que lo hizo un historiador del norte, anónimo y mentiroso
que desde luego, no narró la verdad, es decir, mintió (una norma de estos
sujetos: mentir), y por eso no puso su nombre para no desprestigiarse si lo
descubrían, pues en el libro da más informaciones de los hechos en La Paz que
los que ocurrieron en La Plata, ¡y eso que Urcullu presenció los acontecimientos
en esa ciudad y no vio los que ocurrieron en La Paz!, incluso, en el libro
alaban (resaltan o destacan) los hechos de los revolucionarios paceños y las
ventajas que sacaban con ellos, y cuentan más abundantemente pormenores de esos
acontecimientos, entonces, ¿por qué narró más de los hechos en esa ciudad si no
los vio y dice poquísimo de los de La Plata que los vio?. Además, siendo él pro-peninsular, no
tenía porque hacer comentarios favorables a la revolución
paceña, parcializándose hacia ella cuando comenta favorablemente sobre el
comportamiento de los revolucionarios en esa ciudad, es así que a La Paz la
debía haber puesto “en la misma balanza” que a La Plata y, con lo que tanto le
desagradaba esta revolución en 1809, nunca debía haberse parcializado hacia
ninguna de las dos ciudades, y debía repudiar y criticar el levantamiento en
ambas. Además, Urcullu era un hombre respetable y no un mentiroso como ‘otros’
que ya nos aburren con sus mentiras. Los dos libros anónimos: “Apuntes…” y“Memorias
históricas…”, fueron escritos con la mala intención de mentir inventándose
hechos que nunca ocurrieron en 1809, por eso los autores no los firmaron y
fueron escritos por paceños con escaso honor en tiempos de la república, ya que
no tenían documentos en los cuales amparar sus versiones, sin embargo, uno de
sus paisanos con la intención de sacar una ventaja en la campaña en contra de
Mayo de 1809, los legitimaba al endosarlos como autores a personajes que
vivieron en los años de la revolución; al primero lo endilgó a Urcullu y al
segundo a Cotera. De ahí que los poco visionarios investigadores de los hechos
creyeron en el endoso. Endilgó a Urcullu los “Apuntes…” solamente porque él era
platense, así se comentaría que “si un platense lo dice, debe ser cierto lo
escrito en el libro, pues fue testigo presencial en su ciudad”. A tal punto
armaron el aparato propagandístico en contra de la revolución platense, que los
historiadores del norte le dieron a Urcullu el título ponderativo de: “Patriarca
de la Historia Nacional” pues, de este modo afianzaban aun más la supuesta
legitimidad de su autoría de los “Apuntes…”, con narraciones por demás
mentirosas, y muy escasas en informaciones veraces de nuestra historia, ¡y este
título honorífico le otorgaron en la ciudad de La Paz solo porque en el libro
se desacredita e invalida a la revolución platense!; Urcullu era un hombre
serio, respetado y honorable en su ciudad y no un mentiroso, fue el primer
Presidente de la Corte Superior en la república, la que reemplazó a la Audiencia
de Charcas, y si mal no recuerdo, dos años después también fue de la Corte
Suprema de Justicia. (Al ser pro peninsular, a un amigo intimo de él le hizo
unos comentarios por demás despectivos y aterrorizantes con relación a
la revolución, le “pintó” el futuro de Charcas, si triunfaba la revolución, como
a un territorio peligroso e inhabitable, su amigo se impresionó tanto con la
versión de Urcullu, que terminó suicidándose; Urcullu, al ver el daño que había
ocasionado con sus comentarios y viendo que la viuda quedó con tres hijas y sin
su medio de subsistencia, para ayudar a la familia se casó con la mayor de
ellas. – ABNB. –). Y con intenciones aviesas para aun legitimar más la
confección de este libro por Urcullu, hicieron imprimir en Sucre dos ediciones
con su nombre como autor (en el ABNB. se encuentran los dos impresos). Creyeron
que así afianzaban más la ‘legitimidad’ del endoso a Urcullu. En la segunda
mitad del Siglo XIX, los historiógrafos paceños se dedicaron a publicar libros
narrando la historia de 1809 (en un párrafo anterior los cité a ellos), plagados
de mentiras con el solo objeto de desprestigiar, descalificar e inhabilitar la
versión de que la Gesta de Mayo fue la Primera en soliviantarse, esto lo hacían
en lugar de contar verazmente la historia de esos hechos. En el Siglo XX
siguieron escribiendo sobre lo mismo con su aviesa mala intención y en el Siglo
XXI, continuaron con su campaña en contra de la Gesta de Mayo. Espero que no
sigan con lo mismo hasta el Siglo XXV, ¡eso ya sería el colmo! Esta campaña no
tenía otro objeto que el de eliminar de la historia la versión de la Gesta de
Mayo como la Primera en sublevarse, así tratarían de que quedara como la Primera
la revolución de Julio. No encuentro otro motivo, a menos que el otro motivo sea
el comentario que hizo el Sr. Saúl Escalera, versión que la leerán más adelante.
Las “Memorias históricas…”, endosada al Sr. Cotera, un personaje pro peninsular,
huyó al Perú por temor a la revolución de Julio por lo que podría ocurrir en esa
ciudad en el futuro, él presenció esos acontecimientos pero, no certifican que
haya sido él quien los escribió. Además, en ella transcriben algunas
falsificaciones, como la “Proclama de Murillo al Ejército”, proclama escrita en
1885, en tiempos de la república por don Adolfo Durán, es decir, Cotera, además
de no haberla escrito, tampoco tenía en su poder la Proclama supuestamente
original de la Junta Tuitiva, adjunta al libro citado, ya que en 1809 no
existía, pues si la hubiera tenido en su poder, como pro-peninsular, la habría
entregado a los jueces como una prueba contundente para enjuiciar a los
revoltosos, recién fue, posiblemente, falsificada a mediados del Siglo XIX en
tiempos de la república. Como estas dos obras históricas por demás mentirosas,
hay también manuscritos falsificados. Luego de haber sido confeccionada
la “Proclama” falsa de la “Junta Tuitiva”, y la “Apología…”, las anexaron al
libro “Memorias históricas…” y la publicaron, posiblemente, en l885 (año en que
escribió don Adolfo Durán “La Proclama de Murillo al Ejército”) o poco después,
y no en 1840 como informa el editorialista mentiroso, ya que esta “Proclama” del
Sr. Adolfo Durán, en esa fecha, no existía. La Proclama falsificada de la Junta
Tuitiva, no podían publicarla antes porque muchos de los testigos de los hechos
de Julio todavía vivían y la habrían desmentido revelando su falsificación,
entre ellos, el presbítero Medina. En 1885 el Sr. Cotera ya no vivía en Bolivia
pues se fue al Perú algún tiempo después del 16 de Julio. Don Tomás Cotera nació
en Lima el Siglo XVIII y falleció en Arequipa en 1829 sin saber de la existencia
del libro que le endosaron cuando ya estaba fallecido, pues este todavía no
había sido escrito. Este libro debía titularse “Mentiras históricas…”.
El Sr. Muñoz Cabrera en una de sus páginas, dice: “Es cosa digna de notarse que
durante esos 15 años de lucha, es decir, desde el 25 de Mayo de 1809 en que las
ciudades de Chuquisaca i de La Paz abrazaron el pendón de la libertad en el Alto
Perú” (este comentario nos muestra que la Revolución del 25 de Mayo de 1809 se
dio en La Plata y La Paz, y las declaraciones de los revoltosos paceños a los
jueces españoles y otros testigos presenciales, así lo certifican. Estos
escritos y declaraciones deben ser odiosos para los historiadores del norte
porque no los dejan mentir), y refiriéndose a Monteagudo dice: “a ser uno de los
protagonistas más notables de ese grandioso drama iniciado en Chuquisaca, la
cuna volcánica de la revolución, como la llama el conceptuoso escritor chileno
don Benjamín Vicuña Mackenna”. Don Juan Ramón Muñoz Cabrera contradice lo
escrito por el autor del artículo que estoy contestando, y en su mismo libro al
comentar y transcribir pasajes contrarios a los que cita el Dr. Costa.
Don Juan José Iturrioz y Urquía encontró en la puerta de su tienda el 24 de Mayo
de 1809, víspera del gran día, un pasquín que fue como un anuncio de lo que se
venía, veámoslo: “Ciudadanos de La Plata, ya es llegado el tiempo de las
venganzas, que si la Real Audiencia no castiga, formaremos vatalla, y daremos
cuenta a la Junta Central, extrañese el Ex Patriarca de las Indias y muera el
quasi Rey”. ¿Por qué esa coincidencia en la colocación de ese pasquín a vísperas
del 25 de Mayo, si no se tenía prevista ninguna revolución en La Plata?. Cada
vez que transcribo un documento de antaño, dejo un ‘ojo en tinta’ al historiador
que no puede refutarlo y para consolarlo solamente puedo obsequiarle un pedazo
de carne para que lo use como cataplasma para deshincharlo y eliminar el morete,
(desde luego que lo que digo es imitando un poco del sarcasmo irrespetuoso que
hace cuando narra don Manuel María Pinto (h) los hechos del 25 de Mayo). Ya es
por demás sabido que cuando gritaban los revolucionarios platenses: ¡Viva
Fernando VII!, tenía por objeto simular su revolución para no ser descubiertos
por los españoles de sus intenciones levantiscas y, hasta el Presidente Pizarro,
más visionario que algunos historiadores que no lo percibieron y creyeron que
los platenses defendían al Rey, lo percibió y nos lo muestra cuando les ordenó a
sus soldados de que hicieran fuego a los revoltosos que estaban en las
inmediaciones de la puerta de la Audiencia, gritando: “¡Toma… Viva Fernando VII!”. Aquí
murieron los verdaderos protomártires de la revolución de 1809, entre estos
protomártires estaba el Dr. Manuel Zudáñez que falleció en la cárcel de los
españoles y, también cayeron muchísimos heridos (ver: “Últimos días coloniales
en el Alto Perú”, de don Gabriel René Moreno del Ribero, cruceño, y “Comienzo de
la Independencia en el Alto Perú”, de don Estanislao Just Lleó, español).
En 1848 don Manuel Sánchez de Velasco no sabía del timo de la “Proclama de la
Junta Tuitiva”, y por eso la comentó pero, ya hacen varios años que se publicó
en ‘La Mesa Coja’, de don Javier Mendoza Pizarro, donde ahí nos demuestra que
fue una falsificación artera para torcer la historia. En la Enciclopedia Espasa
citan la tal “Proclama” como veraz, seguramente los autores mentirosos que la
falsificaron le informaron con malicia a esa Institución española, haciéndole
creer que era un documento legítimo. Cualquier cosa se puede esperar de un
mentiroso y con mayor razón si es un falsificador que quiere hacer famoso su
timo.
En el último párrafo vemos cómo los platenses ya comenzaron a urdir y hacer
efectiva su intención de aparentar fidelidad al Rey cuando ya tenían planeada de
hacer su revolución secretamente y no públicamente. También en La Paz los
revolucionarios de Julio hicieron lo mismo, incluso pusieron en un pedestal un
ícono del Rey y le juraron fidelidad. Y esto lo hicieron después de lo que dicen
que fue su “Primer Grito de la Independencia de América”.
Lo que algunos de los historiadores paceños no vieron pero el Virrey Liniers si
lo vio, fue que los platenses mentían cuando vitoreaban al Rey: ¡Viva Fernando
VII!, ¿acaso en La Paz no vitoreaban lo mismo?
Es cierta la versión de la distribución de aguardiente y, para incentivar su
actividad belicosa al populacho le añadían pólvora, producto que seguramente
creían que actuaba como una droga. Esta misma distribución se hizo en la ciudad
de La Paz, así que no sé de qué se extraña el autor del artículo, pues luego de
recibir las instrucciones de los platenses de cómo hacer su rebelión, remedaron
en esa ciudad a todo lo que hicieron en La Plata. El alcohol incentivaba su
belicosidad en las manifestaciones del populacho. Es cierto que liberaron a los
presos, quienes estaban a las órdenes del “Quita Capas” apoyando al
levantamiento. También estaban los indígenas bajo las órdenes de este sujeto. En
La Paz hicieron algo parecido, pues recurrieron a personas de mal vivir
dedicadas a la delincuencia… En sus declaraciones a los jueces
españoles, Sagárnaga, cuenta que se afanaba “personalmente habiéndose presentado
a los soldados, indios de San Pedro con el demás pueblo de ladrones y pícaros
los que sin temor ni vergüenza robaban descaradamente”.
Al día siguiente y todos los subsiguientes, siguió el movimiento continuando
discretamente su campaña secreta de informar e incitar a la ciudadanía en contra
del Imperio Español. El Guardián de la Iglesia de San Francisco, testigo
presencial, narra más detalles sobre estos hechos (copiados más adelante). Con
los cañones, el Presidente Pizarro también entregó fusiles a los revoltosos.
Días después los revoltosos platenses sacaron una campana de la torre de la
Catedral y con el bronce fabricaron un cañón. Cuando funden el bronce para
fabricar una campana, le añaden un poco de oro para mejorar el timbre de la
misma, así que ese oro simboliza la valía de los revoltosos de Mayo, dándole un
timbre cantarino y diferente al de otros cañones pues este con el timbre que
tenía “su voz” anuncia la futura independencia de América.
En la reunión con Paula Sanz, lo convencieron a éste de que no tenía por qué
preocuparse, ya que estaban defendiendo los derechos del Rey sobre el territorio
de Charcas, ante esta versión el Gobernador de Potosí regresó a su ciudad sin
sospechar la estrategia platense.
Estos hechos no fijaron la finalización de la revolución, pues ella continuó
hasta la llegada de Nieto de Buenos Aires e incluso después siguieron haciendo
circular los pasquines en contra de España con la correspondiente campaña
secreta explicando verbalmente a la población, a pesar de existir una amenaza
del Presidente Nieto si se seguía complotando. Varios meses después se iniciaron
las guerras de guerrillas en la campiña de la gobernación de La Plata.
Pro-peninsulares solamente eran los Oidores que apoyaban a España, sin embargo,
hubo un grupo de ellos y otros españoles que estaban con el levantamiento, como
Uzos y Mozi, el fiscal López Andreu, Arenales y otros. La lista es extensa de
los revoltosos que cuando llegó Nieto, muchos fueron presos y otros exiliados,
todos perdieron sus propiedades y algunas de las esposas exiliadas. Muchas de
ellas que se quedaron en la ciudad, vivieron de la limosna para poder sustentar
a sus hijos pues sus esposos o estaban presos o exiliados incluyendo otros que
huyeron de la ciudad. Don Mariano Torrente sigue respondiendo al Dr. Costa Arduz: “Los
motivos alegados de su abramiento eran muy parecidos á los de los otros países
que se fueron revolucionando sucesivamente (luego del 25 de Mayo de
1809). Aparente fidelidad a Fernando VII, decisión por conservarle aquellos
dominios para cuando saliese de su cautiverio, fingidas sospechas de que las
autoridades legítimas trataban de proclamar la soberanía de la Casa de Braganza,
formación de juntas independientes para preservarse de unos males, inventados
por una falsa aprehensión, i sostenidos por la intriga: he aquí los medios de
que se valieron los conspiradores en los dos virreinatos, de Buenos Aires i del
Perú, para llevar adelante sus planes de infidencia.”
Esa “Aparente fidelidad a Fernando VII”, fue siguiendo el ejemplo de lo que
hicieron en La Plata. Así cundieron las noticias en la América revoltosa y los
remedaron.
El origen de las intenciones levantiscas viene desde mucho antes de 1785; hay un
expediente (en el Archivo Nacional) seguido por los españoles a los revoltosos
que se levantaron en La Plata en ese año contra España.
En 1805 los españoles que trabajaban en la Casa de Moneda de Potosí, ya
sospechaban sobre la posibilidad de una sublevación en Charcas y resolvieron
enviar urgentemente todas las monedas selladas que estaban acumuladas en la
Casa, a España, y para esto organizaron una caravana capitaneada por don Josep
González de Villa. Su intención fue transportarlas en mulas hasta el puerto de
Buenos Aires y de ahí a España. Cuando llegaron a Tarija, estuvieron unos días
ahí porque don Josep se encontró con su hermano Francisco e intentó llevarlo con
él a España pero, no pudo convencerlo porque éste ya había formado familia en
esa ciudad. (Más adelante, don Francisco González de Villa fue nombrado
Comandante de los revolucionarios de Tarija). Luego siguieron viaje hasta llegar
a una población que se encontraba en el norte argentino, donde hicieron escala
de reposo, ahí vieron cómo a los residentes en ella les llamaban la atención las
bolsas pequeñas y pesadas sobre el lomo de las bestias. Al ver esto los
españoles de la caravana, se asustaron y temieron que los asaltaran en la ruta
hacia el sur, así que resolvieron volver sobre sus pasos y se dirigieron al
norte con la intensión de llegar a la ciudad de Santa Cruz para de ahí, pasar al
Paraguay. Cuando hicieron escala en una población llamada Terrazas, el jefe de
la caravana, González de Villa, resolvió enviar poco a poco hasta Santa Cruz y
de ahí al rio Paraguay hasta Asunción para que luego sigan su viaje a Buenos
Aires y después, a España. El jefe del grupo acompañó a estas pequeñas caravanas
en cuatro viajes hasta Santa Cruz y, al retorno del cuarto viaje a su base,
falleció. Ya tenía edad avanzada.
No es cierto que esos escritores no citen a la revolución en sus obras, ya que
era el tema principal en sus narraciones, es un hecho que hasta que llegó Nieto
en Diciembre del mismo año, algunos de los Oidores administraron la gobernación
pero, la campaña a favor de la revolución continuó en los corrillos y a la
población seguían distribuyéndole pasquines con propaganda, incluso las remitían
a otras ciudades, entre ellas, al Cuzco, pues los de esa ciudad les reclamaban
que les informen de todo lo que hicieron en La Plata (Ver: ‘Últimos días
Coloniales…’ de G. R. Moreno). El Sr. Reyes Aramayo se hubiera dado un julepe si
hubiera sabido que los platenses tenían más relaciones con los cuzqueños que los
paceños, ya que su libro está basado en esa revolución del Cuzco y las relaciona
a las dos ciudades como complotadas: “Eje La Paz/Cuzco”, ese es un cuento que no
está registrado en ningún manuscrito. El doctor José Luís Roca lo refutó y Don
José Rosendo Gutiérrez en su obra, ni lo cita.
En Bolivia recién se declaró la Independencia el 6 de Agosto de 1825. Y no se
declaró la Independencia con una “Acta de la Independencia” escrita por don Félix
Reyes Ortiz para su obra literaria “Los Lanzas”, como la presentan algunos
historiadores que la mencionan como legítima (otra mentira) en sus obras sobre
historia dedicadas a Julio de 1809 y a su campaña en contra de la Gesta de Mayo.
El que no hayan añadido nada nuevo, no quiere decir que no haya habido una
revolución. Además, sin duda que añadieron novedades los Sres. Emilio Fernández,
Estanislao Just Lleó y Roberto Querejazu porque no se detienen cuando hacen
investigaciones en los documentos de nuestros archivos. Recomiendo leer
las “Memorias del General Andrés García Camba”, español, quien siendo
extranjero, no se parcializa para favorecer a La Plata o La Paz, pues más se
dedica a alabar el comportamiento del Ejército español durante los
enfrentamientos contra los revoltosos; desde la Pág. 33 hasta la 45, se
encuentra la descripción de la Revolución del 25 de Mayo en La Plata y La Paz.
También recomiendo la lectura de “La dramática insurgencia de Bolivia”, de
Charles W. Arnade, historiador norteamericano, y la obra de don Estanislao Just,
español, quienes nos narran la verdad; si estos señores son extranjeros, seguro
que son imparciales. Y ambos tienen sus narraciones basadas en los manuscritos
que no leen los autores Loza y Reyes. Y que el Dr. Costa no los encuentra.
Con este comentario trata de descalificar a la Gesta de Mayo. ¿Por qué no hace
lo mismo con el levantamiento de La Paz si la Junta Tuitiva para publicar
cualquier resolución precisaba la autorización de los gobernantes españoles en
La Paz? Así consta en el “Acta de Fundación de Junta Tuitiva” (fundación
aprobada por los españoles gobernantes y también firmada por los revolucionarios
de Julio) y en esta Acta se ve que los revoltosos se comprometieron a obedecer a
los peninsulares. ¿Acaso en la constitución de la Junta Tuitiva, firmada por los
revolucionarios y aprobada por los españoles, no aceptaban obedecer a los
gobernantes españoles de La Paz? ¿Acaso los españoles no siguieron administrando
la Gobernación de La Paz aún después del “Grito de Independencia que dicen haber
emitido el 16 de Julio”, como nos cuentan historiadores paceños? ¿Por qué la
Junta Tuitiva siempre les pedía su aprobación a los españoles para que se
publique cualquier resolución que se tomaba en la misma? ¡Y no creo que los
gobernadores españoles hubieran aprobado la publicación de la falsa “Proclama de
la Junta Tuitiva”, ultra subversiva!
Cualquier historiador puede equivocarse fácilmente ya que el Sr. Fernández
escribió su libro muchísimo antes de que se descubra el timo de la falsificación
de la “Proclama de la Junta Tuitiva” copiada parcialmente de la “Proclama de la
Ciudad de La Plata a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz”
(confeccionada por Monteagudo). Monteagudo fue asesinado en el Perú mucho antes
de que se hiciera la falsificación de la “Proclama de la Junta Tuitiva” en
tiempos de la república. ¡¡¡Qué no diera por ver el expediente en el que
certifican que Monteagudo falsificó la Proclama de la Junta Tuitiva copiando su
propia “Proclama de la Ciudad de La Plata, a los valerosos habitantes de la
Ciudad de La Paz” y en tiempos de la república y… cuando él ya estaba
fallecido!!! Un original de la Proclama platense está anexa al expediente que
abrieron los españoles para enjuiciar a los revolucionarios paceños, así lo
certifica el Dr. Clément Thibaud, Doctorado en Historia en l’Sorbona, en su obra
dedicada a la “Academia Carolina”, también el Dr. Guillermo Francovich nos
mostró una copia de esta Proclama, en su obra “El pensamiento universitario de
Charcas”. Don José María Baldivia Galdo, muy ocurrente, dijo que la ‘Proclama de
la Ciudad de La Plata a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz’, es una
falsificación hecha por el Dr. Francovich, tal vez aludía a que era una
imitación de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, este comentario nos mueve a una
sonrisa, Baldivia Galdo no tenía la menor idea de quién era Francovich al punto
de identificarlo y poniéndolo al mismo nivel de los que falsificaron las
“Proclamas de la Junta”, la de “Murillo al Ejército” y las cartas de “Murillo a
Diez de Medina” nivelando la catadura de estos con la valía de Francovich, (fue
Rector y Profesor de la Universidad de San Francisco Xavier, incluso fue
reelecto en varias gestiones por su eficiencia en el trabajo, hasta que se
jubiló), también don Estanislao Just Lleó nos contó que el Dr. Portillo,
español, la cita en una carta que la escribió cuando estaba preso de los
revolucionarios en La Plata. – Es una verdadera pena que el Dr. Costa Arduz no
haya hallado en los manuscritos ninguna referencia a la Revolución de Mayo. –
Estoy tentado de mostrarle todas las declaraciones a los jueces españoles que
hicieron los revolucionarios paceños cuando les abrieron un expediente para
enjuiciarlos, declaraciones que el Dr. Costa no los leyó, pues si lo hubiera
hecho no dudaría de que hubo una revolución en Mayo de 1809. Además, en alguno
de los archivos de La Paz debe estar una copia del ejemplar que nos remitieron
desde el Archivo de Buenos Aires sobre las declaraciones de los revoltosos
paceños a los Jueces españoles, incluida entre estas copias está la “Proclama de
los platenses a los paceños”. Ya un historiador mal informado, peor visionario y
totalmente desubicado de los hechos de 1809, dijo que la Proclama platense era
una copia de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, una declaración totalmente coja
y renga…
El Dr. Gabriel René Moreno nos cuenta que por intermedio del Presidente de la
Sociedad Geográfica de La Paz, solicitó una copia de los escritos que remitieron
de Buenos Aires, nunca le respondieron a su pedido. A don Carlos Bravo, paceño,
cuando estaba estudiando estos papeles, le quitaron de las manos para que no
siga leyendo estos escritos y eso que este señor era un gran defensor de que la
revolución en La Paz fue la primera, tampoco quisieron entregarle copias “los
verdaderos paceños” (él así los identificaba a los que ocultaban estas pruebas
de cuál fue la primera ciudad en soliviantarse contra España), seguramente lo
conocían como a una persona que no mentía, como ellos, y temían que comente al
respecto reconociendo públicamente que en La Plata se dio el Primer Grito de
Libertad. Una forma de negarle al Dr. Moreno fue no respondiendo a la
correspondencia en la que les solicitaba pues con esas pruebas sabían que él
publicaría la verdad del origen de la Revolución de 1809. “Los verdaderos paceños” ya sabían que entre esos documentos estaba la certificación de la
primacía del 25 de Mayo sobre el 16 de Julio, y no les convenía que se sepa la
verdad porque querían adulterarla, “a su gusto y sabor” y, aún hoy lo hacen, ¡y
pensar que con esta gente lo confundieron e incluyeron al Dr. Francovich, como
si fuera otro mentiroso más de la montonera que había en el norte!, pues estas
copias certifican en contra del 16 de Julio, en lo relativo a la primicia del
grito libertario, y testifican a favor del 25 de Mayo de 1809. Las confesiones
de los revoltosos se encuentran en la copia del expediente que ocultaban por
esos años, hasta el periódico La Razón les pidió que se los mostraran junto con
el original de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, que “decían” que fue remitida
desde Buenos Aires en 1918 ¡y no lo hicieron nunca, porque sabían que era
mentira que la “Proclama de la Junta Tuitiva” estaba anexa a toda esa
información! ¿Eso explica el por qué algunos historiógrafos no comentan ni dicen
ni escriben nada con relación a estas confesiones de los revoltosos paceños?,
sin duda. Ya toda la ciudadanía boliviana y en el extranjero sabe la verdad de
los hechos de 1809. Don Carlos Bravo, luego de que lo privaron de leer estos
papeles, reconoció que en La Plata se dio el Primer Grito de Libertad, aceptando
de esta forma haberse equivocado y que cometió un error al defender a la de
Julio.
Y continúo contando sobre el escrito de don Estanislao Just Lleó. En el Archivo
y Biblioteca Nacionales de Bolivia, hay suficientes manuscritos que certifican
que hubo una revolución en La Plata, no sé cómo buscó y no los encontró, también
puede visitar el “Archivo Histórico Nacional de España (Madrid)”, donde don
Estanislao Just encontró 10.000 folios referentes al 25 de Mayo, en los que
están archivados todos los manuscritos de los tramites del juicio a los
revolucionarios en La Plata, en todo este lote se encuentra el expediente
abierto a los revolucionarios platenses, por los hechos del 25 de Mayo de 1809;
también investigó en: “Archivo General de Indias”, “Archivo de la Diputación de
Vizcaya”, “Archivo de las Cortes Españolas Nacional de España (Madrid)” y la
“Biblioteca Menéndez Pelayo (Santander)”. Y a esto puedo añadir toda la lista
bibliográfica que él registra y abarca cuatro páginas dentro de su libro. Y al
final de cada página y capítulo del mismo, cita los manuscritos de donde extrajo
los datos en los que basa su hermosa obra, ¡la que está totalmente dedicada a la
Revolución del 25 de Mayo de 1809!; Luego de leer el libro escrito por don
Estanislao, el autor de este artículo, quedará totalmente convencido que sí hubo
una revolución en La Plata y no necesitará seguir buscándole “tres pies al
gato”, “Porque lo que está a la vista, no necesita candil”.
Es cierto, fue muy difícil convencer a que los paceños se involucren en la
Revolución platense soliviantándose en contra de España, ya que primero fueron
dos emisarios y fracasaron en su intento pues vieron muy poco interés en hacer
la revuelta en las personas con quienes se entrevistaron. Si fuera cierto lo que
cuentan en sus obras, de que ellos ya tenían todo preparado para su revolución,
hubieran aceptado la primera propuesta que les sugirieron los primeros emisarios
que los entrevistaron. Ante el primer rechazo paceño a soliviantarse, los
platenses insistieron enviando por segunda vez a tres emisarios (uno de ellos se
fue al Cuzco a fomentar la sublevación; pues en esta población estaban muy
interesados en tener noticias de La Plata y, estos les remitían correspondencias
contándoles – (narración de don Gabriel René Moreno), en la ruta recogieron al
cura Medina que estaba residenciado en Sica Sica por órdenes del Arzobispo Moxó,
ya que éste lo castigó por fomentar entre sus compañeros de estudios en la
Universidad a la rebelión, y cuando estuvo de profesor en la misma, continuó.
Los emisarios que se quedaron en La Paz, fueron convincentes y lograron a que se
involucren los paceños. En esa época era poco menos que imposible (otra mentira
más) que los platenses “ofrezcan el texto de la Proclama de la Junta Tuitiva”,
ya que recién la falsificaron unos autores mentirosos y anónimos tergiversadores
y delincuentes de la historia en tiempos de la república. La única Proclama que
les entregaron los platenses a los paceños, fue la “Proclama de la Ciudad de La
Plata a los valerosos habitantes de las Ciudad de La Paz”, pues a ellos estaba
dirigida. Y, quizás sea el mismo manuscrito que anexaron los españoles al
expediente del juicio que abrieron en contra de los revoltosos de Julio de 1809.
El Virrey de Buenos Aires percibió las intenciones levantiscas de los platenses,
por lo que envió a Nieto a que acabe con la revuelta pero, los historiógrafos
del norte poco visionarios, no lo percibieron y por eso narran pasajes de
nuestra historia ajenas a la verdad, los de antaño creían y los actuales todavía
creen que los platenses estaban a favor del Rey y esto les pasa porque parece
que ni siquiera oyeron hablar sobre la existencia de los manuscritos que narran
todos estos hechos. Fray Marcos Benavente, Guardián del Convento de San
Francisco en La Plata, fiel pro-peninsular y testigo presencial de los hechos de
Mayo, quien en su informe, del que les muestro un fragmento, nos relata algunos
de los hechos de la rebelión: “El 25 de Mayo de 1809 se lanzó en esta culta
ciudad, entonces llamada Chuquisaca, el primer grito de independencia de la
América Latina; grito que si bien fue ahogado, repercutió en las faldas del
Illimani, así como en las hoyas del Plata (a), hasta darnos patria libre e
independiente.”, más adelante en su informe, dice: “… surjieron las dificultades
con el Presidente y el pretesto para que estalle el movimiento revolucionario
que venía preparándose.”.
(a) – Aquí consta que la Revolución platense cundió hasta “las faldas del
Illimani”, La Paz y “las hoyas del Plata”, es decir, hasta la ciudad de Buenos
Aires y, no fueron los paceños los que dieron el ejemplo a los argentinos como
nos mienten es sus escritos algunos narradores del norte.
– Puesto el Jefe (Pizarro) en el conflicto de ser preso, o hacer presos a sus
rivales, para proceder con más acierto nombró según se dice, sus Asesores, el
Dr. D. Esteban Agustín Gascón, el Dr. D. José Enrique Portillo, y el Dr. D. José
Antonio Castro su Secretario de cartas; Abogados de providad, y de conocida
literatura: con dictamen de estos o sin ellos libró mandamiento de prisión
contra seis individuos, Don José Agustín Usos (sic), y D. José Ballesteros,
oidores, y el Fiscal D. Miguel Lopes (sic); contra don Domingo Aníbarro y D.
Manuel Zudañez Regidores anales y el Dr. D. Jaime Zudañez, abogado de esta Real
Audiencia. De estos solo fue preso el último, pues a los otros no hallaron los
comisionados, ni tuvieron noticia de estar comprometidos hasta los días
siguientes, aunque la maldiciesen”. – “La prisión de D. Jaime Zudañez la hizo
D. Pedro Real de Arcia, ejecutándola a las 7 de la noche, extrayéndolo de su
casa. Zudañez vociferaba al pueblo, mientras lo trasladaban, “que lo prendían
por ser fiel al Rey, y que al país querían entregar a la Carlota”. “Así continuo
vociferando las cuatro cuadras que hay hasta la presidencia, si según otros no
fueron seis; pues dicen que primero lo llevaron al Cuartel. Su familia
inmediatamente salió á pedir entredicho a las Iglesias de La Merced y San Felipe
que están inmediatas, y habiéndosele denegado, tuvo un criado el arrojo de
escalar el Cementerio de la Catedral, y ganando con violencia las Campanas
convocó al Pueblo, no á alabar a Dios, sino a resistir la legítima autoridad: al
entredicho de la Catedral correspondieron inmediatamente las Iglesias de San
Miguel y San Francisco notándose en esta última que un Abogado (Lemoine) y otro
vecino con espada en mano atropellaron al Campanero que lo impedía: otros
montaron a caballo á comunicar lo sucedido á los parciales…” . – “Ya los
principales Motores de la insurrección se hallan en estado de llegar al fin de
su horrible empresa: para conseguirla agolpan el pueblo á la casa del Acuerdo y
allí hacen que tumultuariamente pida la deposición del Presidente, que se forme
Junta Independiente; que se haga República de Criollos con otros disparates que
no dejarian de poner en confusion al mismo Real Acuerdo…”. – “… que la noche del
25 estubo otro Becino, de los que hubieron de ser presos, prebenido con mucha
gente harmada dentro de su casa para resistir, como lo depondran á a su tiempo
testigos oculares que quedaron escandalizados: que del Partido de Yamparaez, de
donde es Juez Subdelegado D. Juan Antonio Arenales, oi Comandante General de la
Ciudad, hubo en ella dias antes gente oculta y armada esperando el lance del 25
como que aquella noche se vió á un empleado correr al Prado para ordenar la
entrada, como se berificó al comando de otro becino sedicioso y que en aquella
noche el mayor numero de amotinados eran Indios y Cholos forasteros de aquel
Partido; todo lo qual con lo dicho en el primer punto de la prisión del Dr.
Zudanez prueba evidentemente que el Sr. Pizarro no fue causa de aquel motin,
sinó los insurgentes que se descubriran á su tiempo pues si todo lo sucedido en
la noche del 25 no hubiese estado premeditado y acordado, nada era mas facil que
sosegar al pueblo después de la soltura del Dr. Zudañez, así por el corto numero
de los amotinados, como porque estos quedaron enteramente satisfechos con la
libertad de Zudañez; pero el influjo y soborno a nombre de la libertad los
acaloro para proseguir asta conseguir el fin.”.– “Amaneció en sábado 27………se
libraron órdenes de prisión contra los tres Asesores (de Pizarro) los cuales
fueron hallados en el conbento de San Francisco el Dr. Gascon i el Dr. Portillo
donde se habían refugiado para presentarse al Tribunal luego que calmase el
furor del pueblo: y de allí los pasaron presos al cuartel viejo donde los tienen
en calabozos separados, incomunicados i con un par de grillos cada
uno;…”. ----–
El gobierno español lo premió al autor de este informe por su
comportamiento fiel al Rey (ABNB). –
Si Urcullu hubiera escrito los “Apuntes…”, habría narrado todo lo que contó Fray
Marcos Benavente, y no las mentiras que escribió el verdadero autor anónimo mal
intencionado y mentiroso.
A continuación transcribo un manuscrito de la narración de un testigo ocular
anónimo de los hechos en La Paz y de la visita de sus emisarios a Charcas
(Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia: Rück-301 – Manuscrito incompleto:
sin fecha, ni destino, ni firma, que por la forma de narrar los hechos, se
constata que el autor era pro peninsular):
“Charcas por entonces se hallaba envuelta en Partidos y desavenencias
reciprocas entre sus Corporaciones apura sus personalidades y malicias; se
embozan cuestiones mas agravantes, y charcas con sus ruidosos cuentos se deja
sentir dispuesta á ser la que aproveche tan oportuna Ocasión.”
“Revelanen (sic) seguridadLa Paz ysu Provincia instalando Gobierno popular con
el titulo de Junta Tuitiva; ocurren a Charcas por su confirmación, y se reconoce
y aprueva por los Oidores y Cavildo con demostraciones de una verdadera intriga
y deslealtad. Inmediatamente pasan a Charcas dos Regidores intrusos en calidad
de Embiados al nuevo Gobierno revolucionario para combinar sus operaciones y
maquinaciones; son recibidos por el Pueblo y oidores con distinción y aprecio, y
desde entonces con el mayor descaro se publican especies de independencia, y
quanto después hemos visto.” (Uno de los emisarios era Victorio García Lanza)
“Ambas Provincias se previnieron a repeler la fuerza, y aunque sin
fruto provocaron una esplocion (sic) total dela America con medidas de artificio
y gravedad.”
Acaban de leer un manuscrito que nos certifica la unidad existente entre la
Plata y La Paz conformando entre ambas la Revolución de Mayo dando el ejemplo a
pueblos lejanos de este territorio.
Arenales sabía muy bien que las intenciones ideadas por los platenses de hacer
la revuelta cautelosamente y aparentar un apoyo al Rey que estaba preso en
Francia, vitoreando el 25 de Mayo ¡Viva Fernando VII!; Esta idea de los doctores
platenses de vitorear al Rey nos muestra cómo cundió esta revolución por la
América Hispana, volviéndose el vitoreo como una consigna para identificarse
entre revoltosos independentistas de estos vastos territorios, ya que en La Paz,
Cochabamba, Tarija, Buenos Aires, Santiago, Lima, Cuzco, Quito, Bogotá, Caracas,
y Sultepec, en México, también vitorearon ¡Viva Fernando VII!; Un historiador
dijo que en La Paz vitoreaban: ¡Viva la Independencia!, versión muy ocurrente y
además, mentirosa.
Sin duda que Monteagudo se esmeró en hacerles creer que era fiel al Rey, sobre
todo habiendo sido en La Plata uno de los principales soliviantadores para que
se lleve a cabo la revolución. Él y el cura Medina, dos nacidos en Tucumán, eran
los principales incentivadores en la Universidad y en las calles de la ciudad,
para que se haga una revolución. No fue en vano que él escribió el “Diálogo de
Atahuallpa y Fernando VII en los Campos Elíseos”, un escrito literario inductor
a la sublevación, y la “Proclama de la Ciudad de la Plata a los valerosos
habitantes de la Ciudad de La Paz”. Otro de los soliviantadores era Jaime
Zudáñez.
Hablando de calumnias, recuerdo una: ¿Por qué el historiador Vicente Fernández y
G., calumnió a los revolucionarios platenses diciendo que tenían escaso
honor alegando que, prácticamente, al inducirlos los platenses a los paceños a
que se involucren en la revolución de Mayo los usaban como “carne de cañón” para
que ellos se ganaran la gloria del movimiento?, ¡ese sí es un disparate
mayúsculo de muy mal gusto yescaso honor del que lo comenta mintiendo con
malicia! Ya no saben cómo ofender a los revolucionarios platenses y
desprestigiar los hechos de Mayo de 1809.
En el único país que se declaró la Independencia el mismo día que se sublevaron,
fue en Estados Unidos de Norteamérica.
En los Archivos de España (ya cité en cuales) hay miles de manuscritos que
certifican que hubo una revolución en La Plata, en los Archivos de Buenos Aires
y Lima, en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, y también en los de la
Casa de la Libertad. Habiendo tantas instituciones que contienen documentos de
otrora, ¿cómo el Dr. Costa no encontró nada?
En el Paraguay se dio el Primer Grito de Libertad en América cuando hicieron su
Revolución en 1724 y se independizó de España pero, los revolucionarios
cometieron el error de no organizar un ejército que los proteja, pues apenas
pudieron ser independientes solamente durante cuatro años. Al cabo de ese tiempo
los españoles volvieron con un ejército reforzado y los sorprendieron, retomando
esa Gobernación. Los revoltosos tuvieron que huir para salvar sus vidas. Otro
error que cometieron, fue no promocionar en las gobernaciones vecinas a que se
solivianten, como lo hicieron los platenses enviando emisarios a varias ciudades
y no precisamente “para que se ganaran la gloria del movimiento”.