Guerra del Chaco

GUERRA DEL CHACO

Robert Brockmann S
Gastón Cornejo Bascopé

 

El escritor Robert Brockmann S., acucioso investigador de la historia, disertó sobre temas polémicos que cobran actualidad en el estudio de las causas, interrogantes y efectos que luego de tantos años continúan planteándose. Terreno historiográfico donde – según el autor - las obras bolivianas son”insuficientes” de donde surgen las simplificaciones, los mitos y las medias verdades.
 

I.- Salamanca guerrerista.
Aclara que la disputa por el territorio del Chaco se inició desde 1879. Que Daniel Salamanca fue un guerrerista ya el año 1927 cuando en una sesión reservada en el Congreso a raíz del un incidente en el fortín boliviano “Sorpresa” se pronunció en favor de la guerra. Otro tanto sucedió cuando en diciembre de 1928 Paraguay atacó y destruyó el fortín boliviano “Vanguardia” con muertos, tomando prisioneros. En represalia Hernando Siles ordenó la toma de “Boquerón”. Fue entonces cuando la Conferencia Panamericana concluyó que Bolivia fue el país agredido y Paraguay el agresor, obligando a la reconstrucción de Vanguardia y a la devolución de Boquerón.

Salamanca manifestó su contrariedad a esa solución pacífica, expresó su protesta renunciando su presencia en la comisión asesora de colaboración estatal. Y en otra sesión reservada en el Congreso reveló su estrategia bélica muy alejada del río Paraguay, la misma que ejecutada durante su gobierno llevó a la derrota militar.

Entonces, argumentó sobre la eficiente preparación armada de Bolivia y la necesidad de iniciar la guerra de inmediato para reconquistar el Chaco. La sesión secreta quedó oculta a la inteligencia militar.

Siendo Presidente Salamanca en 1931, conoció la situación financiera en crisis y la inadecuada preparación de Bolivia para la guerra, sólo entonces cambió de opinión, pero ya Moscoso en Pitiantuta inició la contienda en junio del 32, y el Presidente decidió efectivizar su equivocaba estrategia.

II.- Sobre el Plan de Guerra y el Plan de operaciones:
Brockmann asegura que existe similar interrogante. El Gral. Filiberto Osorio aseguró haber entregado dicho Plan a Salamanca cinco meses antes de Pitiantuta, en enero de 1932, en 31 pliegos; y tres meses más tarde otro adicional en 13 pliegos. Que dicho Plan operativo era distinto al de Salamanca, ponía énfasis en apoderarse del río Paraguay y las zonas adyacentes, atraer al ejército enemigo hacia el norte, al fortín Ballivián, impidiendo la invasión del Parapetí donde se suponía la existencia de yacimientos petrolíferos; plan “sin enormes desgastes de potencial humano”. Que el paradero de este Plan original se desconoce hasta el presente y que según el subordinado de Osorio, el coronel Ángel Rodríguez, aseguró no haber hecho conocer al Presidente por desconfianza en su persona y en su entorno político y familiar sobre la reserva de dicho plan.

Que en 1932, Salamanca no habría visto ningún plan elaborado por el Comando militar, más bien exigía al Estado Mayor General la elaboración de alguno. Rodríguez y Rogelio Ayala le habrían entregado unos improvisados apuntes que no sirvieron para la táctica y estrategia oficial. Así Peñaranda aseguró a posteriori que: ”la mayoría de los jefes del ejército opinaba que no existía tal plan”; aunque otros sostienen que sí, le fue entregado, pero que Salamanca lo desechó. Luego preocupado Osorio habría insistido con un Memorandum Nº 507/32 en la estrategia elaborada por el EMG y exigía al gobierno a definir las metas, prioridades y recursos para la guerra. La meta del Plan de Salamanca, a la vez desconocido para el EMG, era Asunción tomada por la orilla izquierda del río Pilcomayo. Según criterio de Osorio “era un plan en el aire, inejecutable y no preveía nada”.

Lo real es que Bolivia inició la guerra sin un Plan de Guerra y sin un Plan de Operaciones. O sea, primó la improvisación y la irresponsabilidad de unos y otros, la misma que llevó al genocidio imperdonable de bolivianos jóvenes de todas las culturas de la Patria.

Quedo con la interrogante que plantea el historiador Robert Brockmann S. “¿Qué hubiera ocurrido si hubiese existido un plan operativo boliviano cuyo teatro de operaciones hubiese estado en el Río Paraguay? ¿Qué hubiera ocurrido si Blanco Galindo, Lanza, Bilbao, hubieran estado oportunamente al mando?
Por supuesto, otro hubiese sido el resultado que el que fue en la Campaña del Sudeste.