Un poco de Historia sobre
éste tema interpretado
magistralmente por Alain
Debray
Hace 82 años en éste 17 de
marzo se recuerda la partida
del Destacamento 111 de
Sucre a la guerra del
Chaco con mas de un millar
de jóvenes de 17 y 21 años
dejaron sus hogares,
estudios, trabajos y un
futuro brillante para
defender el territorio
boliviano.
"Este valeroso contingente
estuvo integrado por todo lo
mejor de Sucre, como
funcionarios de la banca,
maestros de la Escuela
Normal de Maestros,
estudiantes y médicos de la
Facultad Oficial de Medicina
(así se llamaba en esa
época) de la carrera de
Derecho, hábiles artesanos
zapateros, carpinteros,
empleados de la industria y
eximios músicos. Indica el
texto que en el ex Cuartel
de San Francisco a las
7:00
se congregó la "célebre
muchachada" del Destacamento
111, quienes fueron
despedidos por padres,
madres, hermanos, tíos,
novias y amigos, a los que
muchos no volvieron a ver.
Gente valerosa que fueron
olvidados por los gobiernos
de turno.
Destacamento 111
Letra corresponde al poeta
Octavio Campero Echazú.
Música: Miguel Ángel
Valda, se destacó en su
época, como uno de los
grandes pianistas
Mañana me voy muy lejos de
aquí
Cuando me vaya cuando me
ausente
Adiós negrita no has de
llorar por mi
Cuando me vaya cuando me
ausente
Adiós negrita no has de
llorar por mi
Mañana me voy muy lejos de
aquí
Cuando me vaya cuando me
ausente
Adiós negrita no has de
llorar por mi
Cuando me vaya cuando me
ausente
Adiós negrita no has de
llorar por mi
Bravo soldado chuquisaqueño
En tu divisa, pecho de
bronce
Van los tres unos del ciento
once
En tu divisa, pecho de
bronce
Van los tres unos del ciento
once
CUECA DE LA GUERRA DEL CHACO: INFIERNO VERDE
https://www.youtube.com/watch?v=1YiiPUddm3w
En la Guerra del Chaco no
sólo hubo dolor, coraje y
pundonor, sino también
momentos de regocijo y
alegría, alcanzados, en
determinados momentos por la
música que permitía despejar
la mente y el miedo del
combatiente para generarle
ánimo, unión y un
sentimiento de patria. Así
lo explicó la cantautora
Jenny Cárdenas, quien
escribió una tesis sobre la
historia de los boleros de
caballería y su incidencia
en la Guerra del Chaco. Es
en torno a este ritmo que
nacen las cuecas y los
boleros de caballería.
"Lo que se escuchan son
algunas cuecas memorables
como Destacamento 111,
Infierno Verde, Boquerón
Abandonado, que es un
foxtrot. Se escuchaban
también las cacharpayas",
informó la cantautora que
para su tesis recopiló más
de 120 partituras de obras
musicales de los siglos XIX
y XX. Infierno Verde,
también tiene un contenido
significativo para el
análisis, es una cueca
clásica del chuquisaqueño
Miguel Ángel Valda, con la
letra de Octavio Campero
Echazú. "Es un ícono de
la Guerra del Chaco",
señaló Cárdenas, en torno a
esta canción que describe la
situación vivida en la
contienda. También Boquerón
Abandonado tiene el ritmo de
un foxtrot que, junto al
tango, eran las canciones de
moda en ese momento.
Las
letras del tema fueron
escritas por Humberto Palsa
y Antonio Morales Calderón.
"Boquerón Abandonado"
Canta: Zulma
Yugar
https://youtu.be/1nnv7ucNcPI
La Batalla de Boquerón
fue la primera batalla de la
Guerra del Chaco, entre
Bolivia y el Paraguay. Se
libró desde el 9 al 29 de
septiembre de 1932 en torno
al fortín Boquerón y una
zona en forma de arco, de
10-11 km de profundidad, que
va desde el fortín Ramírez
hasta el fortín Yujra.
Culminó con la recuperación
del fortín por parte del
ejército paraguayo, la
captura de sus ocupantes, la
caída de los fortines
circundantes y la retirada
hacia el fortín Arce de las
fuerzas bolivianas que
intentaban prestar ayuda
desde el exterior al fortín
Boquerón.
En la tarde del día 28,
Marzana reunió a la
oficialidad para tratar la
capitulación de la plaza y
solicitar al enemigo que le
permita y otorgue los medios
para retirarse con sus
tropas a causa de la falta
de víveres, municiones y las
lamentables condiciones
físicas y sanitarias.
Durante el día, el general
Montes sobrevoló Boquerón y
mediante mensajes exhortó a
mantener la defensa diez
días más, asegurándoles la
victoria contra las fuerzas
enemigas. El tajamar, que
apenas abastecía las
necesidades de los
defensores, cayó bajo el
control de los
francotiradores paraguayos y
fue contaminado por los
cadáveres de los que se
arriesgaron a proveerse de
agua.