Antonio Dubravcic Luksic
               Sucre Bolivia
 

Sobre un caserío indígena  asentado por los Yamparas, en la región de los Charcas, los conquistadores españoles, establecieron una villa a la que bautizaron con el nombre de "La Plata", por la cercanía de las minas de ese metal en los cerros de Porco y Potosí, los pobladores indígenas la llamaron "Chuquisaca".
La historia  de "La Plata" o "Chuquisaca" tiene similitud con otras  capitales fundadas por españoles establecidos en América, pero también es singular; por su ubicación geográfica constituyó un escenario aislado. Un escenario que, no obstante su pequeñez urbana, tuvo gran importancia. La Plata fue la segunda ciudad del Virreinato del Perú, después de Lima y la segunda ciudad del Virreinato del Río de La Plata, después de Buenos Aires, cuando pasó a su jurisdicción.                   

Fue sede  episcopal metropolitana  con la creación del Arzobispado de La Plata en 1609. La Real Audiencia de Charcas con sede en Chuquisaca, durante todo el período colonial, tuvo jurisdicción sobre un extenso territorio de América del Sur, que se extendía de  océano a océano, desde Atacama en el Pacífico hasta la desembocadura del  río de La Plata en el Atlántico, desde el  lago Titicaca, hasta el estrecho de Magallanes, es decir, el territorio que corresponde hoy a las repúblicas de Bolivia, Argentina, Uruguay y Paraguay

 

Un hecho de capital importancia para la ciudad fue la fundación el 27 de marzo de 1624  la "Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca", por bula del Papa Gregorio XV y Real Cédula de Felipe III, su primer rector fue el jesuita de Don Juan Frías de Herrán

PRINCIPADO DE LA GLORIETA

Unos 5 kilómetros de la ciudad de Sucre se encuentra el Castillo de la Glorieta. Único en su estilo es uno de los más curiosos edificios del periodo republicano, juntando los estilos Góticos, Manierista, Barroco, Rococó, Neoclásico y Mudéjar.
La historia del castillo se trata de la pareja de Don Francisco de Argandoña y Dña. Clotilde Urioste de Argandoña que no pudo tener hijos. Por eso tuvieron la idea de adoptar orfanatos, construir el castillo y darles un lugar para crecer.

Por este trabajo benéfica el Papa León XIII le concedió el título de Principe de la Glorieta en el año 1898 y así el castillo recibió su nombre.
El 27 de agosto de 1909 el Príncipe de la Glorieta falleció. Sus restos y los de su esposa se encuentran en un mausoleo del cementerio general de la ciudad de Sucre.